Kramatorsk. Las fuerzas ucranianas aseguraron este lunes que recuperaron terreno en el este y el sur gracias a sus ofensivas contra las fuerzas de Moscú, que replicó bombardeando algunas de esas zonas y prometió luchar “hasta lograr sus objetivos”.
“La liberación de localidades en manos de invasores rusos continúa en las regiones de Járkov y Donetsk”, en el este del país, dijo el Ejército ucraniano. En toda la línea del frente, “las fuerzas ucranianas han logrado expulsar al enemigo de más de 20 localidades” en 24 horas, añadió, asegurando que “las tropas rusas están abandonando apresuradamente sus posiciones y huyendo”.
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Ucrania afirmó que recuperó al menos 3.000 kilómetros cuadrados (km2) de su territorio, principalmente en la región de Járkov, desde principios de setiembre. Y este lunes reivindicó la reconquista de 500 km2 en dos semanas de contraofensiva en la región de Jersón (sur).
El 2 de junio, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reconoció que cerca de 125.000 km2 estaban en manos rusas, entre ellos 43.000 km2 (Crimea y zonas de la cuenca del Donbás) perdidos antes de la invasión del 24 de febrero.
‘Meses esperándolos’
Ante este revés para las fuerzas rusas, Moscú retomó un tono ofensivo y anunció el bombardeo de las zonas recuperadas por Kiev en la región de Járkov, en los sectores de Kupiansk e Izium.
Además aseguró que la ofensiva rusa lanzada en febrero continuará “hasta que se alcancen los objetivos”, en palabras del portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, quien añadió que actualmente “no hay perspectivas de negociaciones” entre Moscú y Kiev.
Las autoridades de ocupación prorrusas en la región de Járkov dijeron el lunes que se trasladaron a la región rusa de Belgorod, cerca de la frontera, oficialmente para ayudar con la afluencia de refugiados, según agencias rusas.
Y el líder de la autoproclamada república separatista de Donetsk (este), Denis Pushilin, admitió el lunes que la situación era “difícil” en el frente, aunque aseguró que las fuerzas rusas “resistían”.
La pérdida de la ciudad estratégica de Izium, que contaba con 50.000 habitantes antes de la guerra y se convirtió en un punto clave para la logística y el aprovisionamiento de las tropas rusas, podría contrariar seriamente las ambiciones militares de Moscú en el este de Ucrania, según muchos expertos militares.
Otros estiman que todavía queda mucho camino por recorrer. “Ucrania infligió una gran derrota operacional a Rusia al recuperar casi toda la región de Járkov (...), pero la contraofensiva actual no pondrá fin a la guerra”, aseguró el Institute for the Study of War.
En Izium, el domingo de mañana, Nadia Nesolena, de 61 años, estaba en la calle cuando los primeros soldados ucranianos entraron en la localidad. “Los recibimos con lágrimas en los ojos. Llevábamos meses esperándolos. Estamos muy felices”, comentó a AFP en una colina de la ciudad, donde se encuentra la única antena que permite captar la red con los teléfonos celulares.
‘Éxitos notables’
El Ejército ucraniano anunció primero una contraofensiva en el sur, antes de llevar a cabo la semana pasada un despliegue en la zona de Járkov. En la región de Jersón también “nuestros éxitos en estas dos semanas son bastante notables”, afirmo el lunes Natalia Gumeniuk, portavoz militar para la división del sur.
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Las localidad de Vysokopilia, Novovoznesneske, Bilogirka, Myroliubivka y Sukhyi Stavok fueron “liberadas de los ocupantes”, citó el lunes el gobernador de esta provincia.
Unas informaciones que parecían contradictorias con las de Kirill Stremoussov, jefe adjunto de la ocupación rusa en Jersón, que afirmó que la situación estaba “bajo control” ruso. Según él, “una evolución como en Járkov es simplemente imposible”.
También en el sur, la situación seguía siendo preocupante en la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, donde ya se han cerrado todos los reactores. En una entrevista telefónica el domingo, el presidente francés, Emmanuel Macron, le pidió a su homólogo ruso, Vladimir Putin, retirar las “armas pesadas y ligeras” de la central.
Putin advirtió por su parte de las “consecuencias catastróficas” de los ataques contra la central ucraniana. El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), en contacto con los dos bandos para establecer una zona de seguridad alrededor de la planta, mencionó el lunes “señales positivas” al respecto.