Járkov. Ucrania afirmó este domingo haber expulsado a las tropas rusas de varios puntos estratégicos del este del país, después de que Moscú anunciara un repliegue de la región de Járkov para reforzar el frente de Donetsk, más al sur.
En el otro gran foco del conflicto en este momento, la agencia de energía nuclear de Ucrania afirmó que el último reactor activo en la central de Zaporiyia, controlada por Rusia, fue desconectado de la red eléctrica por razones de seguridad.
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A comienzos de mes, el ejército ucraniano anunció primero una contraofensiva en el sur del país, antes de lograr esta semana un avance fulgurante en el noreste, en la región de Járkov.
“Desde comienzos de septiembre, más de 3.000 km2 han vuelto bajo control ucraniano”, indicó en un comunicado el general Valeri Zaluzhny, comandante en jefe del ejército de Ucrania.
“En los alrededores de Járkov hemos empezado a avanzar no solo en el sur y el este, sino también hacia el norte”, añadió.
El gobernador de la región rusa de Belgorod, fronteriza con Ucrania, aseguró que miles de personas huyeron de la región de Járkov camino de Rusia.
“No ha sido ni la noche ni la mañana más fácil. En las últimas 24 horas, miles de personas cruzaron la frontera”, declaró Viacheslav Gladkov en Telegram.
Poco antes, y coincidiendo con los 200 días del inicio de la invasión rusa, el ejército ucraniano afirmó que “la liberación de las localidades en los distritos de Kupiansk e Izium, en la región de Járkov, continúa”.
Los lugares mencionados son importantes nodos logísticos, de los que Rusia depende para abastecer a sus tropas en el frente en el este de Ucrania.
Según los analistas, su reconquista por parte de las tropas ucranianas es un mazazo a las ambiciones de Moscú en la zona de Járkov.
“Armas, armas, armas”
Según el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), con sede en Washington, las fuerzas ucranianas penetraron en algunos puntos hasta una profundidad “de 70 km”, y en cinco días tomaron “más territorios que los conquistados por los rusos en todas sus operaciones desde abril”.
“Expulsaremos a los ocupantes de cada ciudad y de cada pueblo de Ucrania”, se felicitó a propósito el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en un mensaje de video.
“Armas, armas armas, eso es lo que ha estado en nuestra agenda desde la primavera. Doy las gracias a los socios que han respondido a nuestra llamada, porque los éxitos de Ucrania en el campo de batalla son éxitos compartidos”, abundó el ministro ucraniano de Exteriores, Dmytro Kuleba, que pidió a Occidente el envío de más material.
El ejército ruso anunció el sábado un “reagrupamiento” de sus fuerzas de Járkov a la región de Donetsk, más al sur, para concentrar allí sus esfuerzos.
Un líder separatista respaldado por Moscú admitió que las fuerzas rusas libran batallas “difíciles” contra las tropas de Kiev en varias partes de la región oriental de Donetsk.
Hasta ahora, Moscú ha mantenido silencio sobre los avances ucranianos, pero el domingo el ministerio de Defensa ruso presentó un mapa que mostró una importante retirada rusa de la región de Járkov.
El mapa mostraba que Rusia sólo controlaba una pequeña parte de territorio en el este de la región Járkov, detrás del río Oskol. El sábado, el mapa mostraba que el ejército ruso ocupaba entonces más territorio en dicha región.
El anuncio ruso de un repliegue, junto a la versión ucraniana de que entró en la localidad de Kupiansk, son los cambios más significativos en la dinámica de batalla tras meses de combates en el este de Ucrania, que estaba dominada por Moscú.
En las zonas recuperadas por Kiev, periodistas de AFP vieron el sábado camiones y blindados rusos carbonizados, algunos de ellos con la letra Z, el símbolo de la invasión de Ucrania iniciada el 24 de febrero.
Los soldados ucranianos patrullaban en Balakliya, donde ondeaba su bandera. Alrededor de esta ciudad podían verse también edificios dañados o destruidos.
Irina Stepanenko, una vecina de 52 años que salió a hacer bicicleta por primera vez en meses, dijo que estuvo escondida en un sótano durante tres meses. “Había mucho miedo, con los bombardeos”, cuenta.
La central de Zaporiyia, inactiva
Pese a las afirmaciones de Ucrania sobre sus avances, las fuerzas rusas prosiguieron sus bombardeos a lo largo del frente oriental, y en la región de Donetsk las autoridades dieron parte de 10 muertos y 19 heridos en los bombardeos.
En la planta nuclear de Zaporiyia, en el sur, los bombardeos de las últimas semanas, de los que se culpan mutuamente Kiev y Moscú, dispararon el temor a un desastre nuclear en la mayor central de Europa.
El presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió el domingo a su homólogo francés, Emmanuel Macron, en una llamada telefónica, sobre las “consecuencias catastróficas” de los ataques contra la central ucraniana.
Según la presidencia francesa, Macron le dijo a Putin que es “la ocupación rusa la causa de los riesgos que pesan sobre la central” y le pidió que retire de la planta las “armas pesadas y ligeras”.
Este domingo, el operador ucraniano de la energía atómica, Energoatom, anunció que el reactor número 6 fue desconectado de la red eléctrica al amanecer, y “hay preparativos en curso para su enfriamiento”.