Kiev. Serán necesarias décadas para neutralizar los miles de aparatos explosivos aún activos que fueron dejados en territorio ucraniano en dos meses de guerra, advierten expertos.
"Se necesitarán 50 años para limpiar todo", afirmó Perrine Benoist, directora de reducción de violencia armada de Handicap International, quien recordó que "todavía estamos limpiando minas en Laos, Camboya y Vietnam 56 años después".
"Las muertes y las mutilaciones continuarán mucho después del fin de la guerra", deploró Steve Goose, director de la división de armas de Human Rights Watch. "Será cuestión de años, si no décadas, para limpiar todo".
Más de 300.000 km2 de Ucrania, cerca de la mitad del territorio del país, están contaminados con aparatos explosivos, declaró a la AFP Oleh Bondar, responsables de servicios de desminado de la seguridad civil ucraniana.
"Comprende el territorio de Donetsk, la región de Lugansk y de la República Autónoma de Crimea, así como las aguas del mar Negro y el mar de Azov", precisó Bondar.
Indicó que los servicios de desminado han retirado, desde los inicios de la guerra, más de 72.000 municiones, incluyendo más de 2.000 bombas de diferente calibre, sobre un total de 130.000 km2. Los esfuerzos se concentran actualmente en la región de Kiev. Antes de la guerra, iniciada el 24 de febrero, solo 8% del territorio ucraniano era considerado como contaminado, según el Observatorio de Minas y Bombas de Racimo.
"El país enfrenta una contaminación histórica", sostuvo Benoist.
El arte del desminado
En las últimas semanas, periodistas de AFP han visto incontables municiones sin explotar en las calles de ciudades y poblados al noreste y noroeste de Kiev, abandonadas o extraviadas durante el retiro ruso. El desminado ucraniano no es un proceso de alta tecnología: requiere herramientas rudimentarias y nervios de acero.
Se hace con un detector de minas o con una pértiga larga y puntiaguda. Posteriormente la mina se desentierra poco a poco con una pala, se extrae del suelo con un gancho, se le quita el detonador y el dispositivo se suma al arsenal ucraniano.
Según Perrine Benoist, los aparatos explosivos suelen instalarse en zonas urbanas, donde hay mayor densidad de pobladores civiles, quienes serán las víctimas durante años.
"Tenemos fracturas complejas, amputaciones o incluso quemaduras por inhalación debido a la toxicidad del humo emanado por las explosiones". agregó Benoist, antes de precisar que el acceso humanitario se ha complicado debido a esa contaminación.
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Las minias antipersonales rusas POM-3, conocidas como “medallón”, son utilizadas en este conflicto, según Human Rights Watch. Estas minas, detectadas por primera vez el 28 de marzo por desminadores ucranianos, “pueden matar y mutilar indiscriminadamente a cualquier persona en un radio de 16 metros”, explicó la ONG en un informe.
Para Steve Goose, las minas y otros aparatos explosivos son “igualmente una enorme carga socioeconómica porque pueden impedir a la gente volver a sus casas, volver a sus campos para cosechar, etc”. La Convención sobre la Prohibición de Minas Antipersonales, de 1997, impide el uso, almacenamiento, producción y transferencia de esas armas. A diferencia de Ucrania, Rusia no es uno de los 164 países firmantes.
“Lo más preocupantes es ver países como Estados Unidos decir que esas armas podrían ser útiles para neutralizar los movimientos de tropas rusas”, cuestionó Perrine Benoist.