Kiev. Ucrania anunció este miércoles nuevas victorias militares en la región de Lugansk (este), hasta ahora controlada casi por completo por Rusia, que prometió recuperar los territorios perdidos dentro de las regiones ucranianas que anexionó.
“Ahora es oficial. Comenzó la desocupación de la región de Lugansk”, declaró el gobernador ucraniano, Serguéi Gaidai, en Telegram. “Varias localidades ya han sido liberadas del Ejército ruso y las fuerzas armadas ucranianas están izando ahí la bandera”, añadió.
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Ucrania ya había reivindicado el martes avances en el norte de la región de Jersón (sur). Además, casi toda la región de Járkov (noreste) está nuevamente bajo control ucraniano. Esto podría abrir la vía a la liberación de Lugansk, el bastión de los separatistas instalados por Moscú desde el 2014.
Tras un mes de reveses militares y el anuncio de la movilización de cientos de miles de reservistas rusos, el presidente ruso Vladimir Putin firmó el 30 de setiembre la ley que oficializa la anexión de las regiones de Lugansk y Donetsk (también en el este), y Jersón y Zaporiyia, en el sur, como partes de la Federación Rusa.
El portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, aseguró que estos territorios serán rusos “para siempre” y prometió que Moscú recuperaría los territorios perdidos. “Estos territorios estarán para siempre con Rusia, serán recuperados”, insistió.
Hace unos días, Putin juró que usaría todos los medios a su alcance para defender las zonas anexadas, incluso mediante el uso de armas nucleares, pero esto no detuvo la contraofensiva ucraniana ni las entregas de armas occidentales.
El martes, el Ejército ruso reconoció a medias sus derrotas al publicar mapas que ilustran los últimos éxitos de la contraofensiva ucraniana. Estos muestran que Rusia perdió toda una parte de la región norte de Jersón y que retrocedió en casi toda la orilla oriental del río Oskil, la última zona de la región de Járkov que aún controlaba.
‘No habrá buenas noticias’
Sin embargo, un funcionario de las autoridades de ocupación aseguró que la retirada rusa en el sur era táctica y temporal. “El reagrupamiento en el frente en las condiciones actuales permite reunir fuerzas y asestar un golpe” a las tropas ucranianas, dijo Kirill Stremooussov a la agencia rusa Ria Novosti.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dijo el martes que “solo esta semana” se liberaron “decenas de localidades” en las cuatro regiones que Rusia se anexionó. En el este, la retirada de Járkov permite a las fuerzas ucranianas llevar la lucha más al este, hacia la región de Lugansk.
Aunque las autoridades rusas intentan minimizar estos reveses, los corresponsales de guerra de los medios de comunicación rusos recalcan su magnitud y muchos comentaristas pro-Kremlin critican al Ejército ruso.
“No habrá buenas noticias en el futuro próximo. Ni desde el frente de Jersón, ni desde el frente de Lugansk”, comentó el martes en Telegram Alexandre Kots, del diario Komsomolskaïa Pravda.
‘Seguir adelante’
Cerca de Limán, un estratégico centro ferroviario en la región de Donetsk recapturado por Kiev el pasado fin de semana un paracaidista ucraniano —con el que pudo hablar el martes la AFP— admitió que él y sus compañeros estaban “muy agotados”, pero decididos a continuar.
Oleksandre, de 31 años, paracaidista de la misma unidad, explicó que los combates fueron “muy duros”, pero que “tienen que seguir adelante”. Dijo que no temía la llegada de refuerzos rusos tras la movilización anunciada por Vladimir Putin de cientos de miles de reservistas para intentar frenar la espiral de derrotas. “No importa cuántos sean, en realidad no quieren luchar contra nosotros”, añadió el joven soldado.
La movilización rusa es caótica. El Ejército ruso convocó a personas no aptas y una multitud de rusos prefirieron huir del país.
En el frente diplomático, el presidente estadounidense Joe Biden anunció el martes un nuevo envío de equipos militares para Ucrania, por valor de $625 millones. Esto incluye cuatro nuevos sistemas de lanzacohetes Himars, potentes y muy apreciados por los ucranianos.
Y la Unión Europea (UE) acordó el miércoles una nueva serie de sanciones contra entidades y personalidades rusas. Por su parte, Moscú exigió participar en la investigación sobre las fugas del gasoducto Nord Stream, después de que Suecia, encargada de la investigación, bloqueara el acceso a la zona del supuesto sabotaje en el mar Báltico.
Moscú insinuó que Estados Unidos está detrás del saboteo de estos gasoductos que son clave para el suministro energético de Europa, mientras que Occidente sospechó de Rusia.
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