Kiev. Las autoridades ucranianas anunciaron el martes un nuevo intento de evacuar a los civiles de la ciudad portuaria de Mariúpol, asediada por las tropas rusas desde casi el inicio de la invasión hace casi un mes, y pusieron la capital, Kiev, en toque de queda.
Más de 200.000 personas están atrapadas en Mariúpol, descrita por aquellos que consiguieron salir como “un infierno helado lleno de cadáveres y edificios destruidos”, dijo Human Rights Watch, citando datos de un responsable local. Un funcionario de Defensa estadounidense aseguró que Moscú intensificó su actividad militar, con 300 vuelos en 24 horas, en un intento “desesperado” por volcar la marea en contra de la resistencia ucraniana.
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“Sabemos que no habrá espacio suficiente para todos” el martes, pero “intentaremos llevar a cabo la evacuación hasta que hayamos sacado a todos los habitantes de Mariúpol”, dijo la viceprimera ministra Iryna Vereschuk. Con su país bajo ataques constantes, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski invitó al papa Francisco a mediar entre ambos bandos, un día después de mostrarse abierto a discutir cualquier cuestión en un diálogo directo con Vladimir Putin.
En el terreno no había tregua con la violencia, aunque sin grandes victorias para las tropas de Rusia, lo que lleva a algunos a temer un recrudecimiento de los ataques. El presidente estadounidense, Joe Biden, alertó que Putin está considerando el uso de armas químicas y biológicas en Ucrania, mientras conversaba con sus aliados europeos sobre lo que calificó como las “tácticas brutales” de Moscú.
Este jueves, el dirigente de la Casa Blanca viajará a Bruselas para una serie de encuentros con líderes de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN), la Unión Europea (UE) y el G7 antes de ir a Polonia, país que recibió a la mayoría de los 3 millones de exiliados ucranianos. Desde el inicio de la invasión, el pasado 24 de febrero, al menos 117 niños murieron en la guerra, dijo la fiscalía federal de Ucrania. Además, 548 escuelas resultaron dañadas, 72 de ellas completamente destruidas.
Un funcionario de Defensa estadounidense aseguró que Moscú intensificó su actividad militar, con 300 vuelos en 24 horas, en un intento “desesperado” por volcar la marea en contra de la resistencia ucraniana. El comando militar de Ucrania afirmó que las tropas rusas disponen de municiones, comida y combustible solo para tres días. También aseguró que 300 soldados rusos desertaron en la región de Sumy (noreste).
Incluso en las zonas capturadas por Rusia persiste la resistencia. Autoridades ucranianas acusaron el martes a las tropas rusas de disparar contra manifestantes desarmados en la ciudad sureña ocupada de Jersón. Videos subidos en redes sociales y la aplicación Telegram mostraron a decenas de personas congregadas en la Plaza Libertad de Jersón para protestar contra la toma de la ciudad.
Los soldados rusos aparecen disparando al aire, mientras un hombre mayor ensangrentado era retirado, aunque las autoridades indicaron que no hubo muertos. En el frente, las autoridades ucranianas aseguraron que la prioridad del martes era la evacuación de residentes de Mariúpol. Para ello se diseñaron tres rutas entre esta ciudad y Zaporiyia, a más de 200 kilómetros (km) al noroeste en coche.
La localidad, a orillas del mar de Azov, fue bombardeada sin tregua y más de 2.000 personas murieron, según autoridades locales. Rusia le dio a Mariúpol hasta las 5 a. m. del lunes para rendirse, pero Kiev rechazó el ultimátum y dijo que la resistencia en la ciudad fortaleció la defensa de toda Ucrania.
Mariúpol es un blanco clave en la guerra de Putin, por servir de puente entre las fuerzas rusas en Crimea y los territorios controlados por Rusia en el norte y este. Las negociaciones entre Moscú y la antigua república soviética dejaron pocos avances hasta ahora. Este martes, tras conversar por teléfono con el papa Francisco, el presidente ucraniano afirmó que su gobierno “apreciaría” que la Santa Sede asumiera “un papel de mediador para poner fin al sufrimiento humano” en Ucrania.
Anteriormente, Zelenski insistió en entablar una discusión directa con Putin en la que se podrían “abordar todas las cuestiones”, incluso el estatus de la península de Crimea anexionada por Rusia y de las áreas separatistas prorrusas del Donbás (este). “En el primer encuentro con el presidente de Rusia, estoy listo para abordar estos temas”, declaró Zelenski. “¿Resolveríamos todo allí? No, pero existe la posibilidad de que podamos parcialmente al menos detener la guerra”, agregó.
Insistió en que Ucrania “ya entendió” que no puede unirse a la OTAN, pero agregó que sus compatriotas no pueden simplemente “entregar” la capital o las ciudades de Járkov y Mariúpol, un puerto fuertemente bombardeado. “Ucrania no puede aceptar ningún ultimátum de Rusia. En primer lugar, habrá que destruirnos a todos, únicamente entonces se respetarán sus ultimátums”, sostuvo.
Este martes, Kiev sigue respetando un toque de queda de 35 horas que comenzó a las 8 p. m. del lunes, luego de que los bombardeos rusos destruyeran el centro comercial Retroville, donde murieron al menos ocho personas. “Fue la bomba más grande que ha caído en la ciudad hasta ahora”, comentó Dima Stepanienko, de 30 años.
Rusia aseguró que el centro comercial se utilizaba para almacenar sistemas de cohetes y municiones. La encargada de derechos humanos del Parlamento ucraniano, Liudmila Denisova, reportó el martes varios ataques rusos en el este. Según ella, “disparos de artillería y bombardeos aéreos” destruyeron “completamente” Avdivka, en la periferia de Donetsk, donde murieron cinco civiles.
En Lysyshansk, 150 km al noreste, murieron otras dos personas. Y en Járkov (noreste), dos padres y su hija de nueve años murieron, mientras, su hijo de 17 años resultó herido cuando un tanque ruso disparó contra su coche pese a ondear una bandera blanca.
La guerra desplazó al menos a 10 millones de ucranianos, de los cuales un tercio dejaron el país, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), mientras crece el temor a una hambruna en otros países debido a que Rusia y Ucrania son grandes exportadores agrícolas.
Para intentar suavizar la devastación económica de Ucrania, los líderes europeos impulsaron la creación de un fondo fiduciario para el país, según un borrador del documento al que AFP tuvo acceso. “La UE se compromete a prestar apoyo al gobierno ucraniano para sus necesidades inmediatas y, una vez que haya cesado el ataque ruso, para la reconstrucción de una Ucrania democrática”, relata el texto.
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