Kiev. En medio de una operación sorpresiva y audaz, Ucrania destruyó un puente crucial en la región rusa de Kursk y atacó otro cercano menos de dos semanas después de iniciar su incursión transfronteriza, lo que trastocó las rutas de suministro rusas, mientras el ejército ruso asegura que continúa su avance en dirección al nudo logístico de Pokrovsk. Especialistas sostienen que este movimiento podría indicar que sus tropas tienen previsto quedarse en la zona.
Blogueros militares rusos partidarios del Kremlin reconocieron que la destrucción del primer puente, que cruzaba el río Seim cerca de la localidad de Glushkovo, complicará la entrega de suministros a las fuerzas rusas que repelen la incursión ucraniana, aunque Moscú aún podría utilizar puentes flotantes y puentes más pequeños en la zona.
El comandante de la fuerza aérea ucraniana, Mikola Oleschuk, celebró el domingo la destrucción de un segundo puente importante para el ejército ruso, dos días después de una reivindicación similar. “La fuerza aérea sigue privando al enemigo de capacidades logísticas gracias a ataques aéreos de precisión”, declaró, junto a un video del ataque que publicó en Telegram.
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Horas más tarde, tropas ucranianas golpearon otro puente en Rusia, según Oleshchuk y el gobernador regional ruso, Alexei Smirnov. Este domingo a la mañana, todavía no había reportes oficiales sobre dónde se había producido exactamente el ataque del segundo puente. Canales de Telegram rusos afirmaban que habían destruido un segundo puente sobre el Seim, en la población de Zvannoe.
Según el sitio web de noticias ruso Mash, los ataques dejaban apenas un puente intacto en la zona. No pudo verificarse de inmediato estas afirmaciones, pero de confirmarse, los ataques ucranianos habrían complicado más los esfuerzos de Moscú de reforzar su contingente en Kursk y evacuar a los civiles.
Glushkovo se encuentra unos 12 kilómetros al norte de la frontera ucraniana y aproximadamente 16 km al noroeste de la principal zona de combate en Kursk. Zvannoe está otros 8 km más al nordeste.
Ucrania podría intentar retener el terreno tomado
Kiev brindó poca información sobre el alcance previsto y los objetivos de su operación en Rusia, el mayor ataque al país desde la II Guerra Mundial, que tomó por sorpresa al Kremlin e hizo que decenas de pueblos y cientos de prisioneros quedaran en manos de Ucrania.
Los ucranianos se adentraron en la región de Kursk en varias direcciones, encontrando poca resistencia y sembrando el pánico y el caos. El comandante en jefe de Ucrania, el general Oleksandr Syrskyi, afirmó la semana pasada que sus fuerzas habían avanzado sobre 1.000 km cuadrados en la región de Kursk, aunque no era posible verificar de forma independiente qué terreno controlaban de forma efectiva las tropas ucranianas.
Los ataques a puentes, aparentemente dirigidos a evitar un contraataque ruso en Kursk, podrían implicar que Kiev pretende mantener sus fuerzas en la región, o al menos indicar a Moscú que planea hacerlo.
Los analistas señalan que si bien Ucrania podría intentar consolidar sus avances en Rusia, sería una maniobra arriesgada dados los recursos limitados de Kiev, porque las líneas de suministro que se extienden hasta el corazón del Kursk serían vulnerables a los ataques rusos.
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La incursión ayudó a subir la moral de los ucranianos, mermada por una contraofensiva fallida el verano pasado y por los meses de progresivos avances rusos en la región oriental de Donbass. Esta incursión recuerda a la operación relámpago ucraniana de septiembre de 2022, en la que tropas lideradas por Syrskyi recuperaron el control de la región nororiental de Járkiv aprovechando la falta de efectivos y fortificaciones de Rusia.
Zelensky pide permiso para atacar el interior de Rusia
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, instó el sábado a los aliados de Kiev a levantar las restricciones que quedan al uso de armas occidentales para golpear objetivos más lejanos en Rusia, lo que incluye Kursk, y dijo que sus tropas podría privar a Moscú “de cualquier capacidad de avanzar y causar destrucción” si se les autoriza un alcance suficiente.
“Es crucial que nuestros socios retiren barreras que nos impiden debilitar posiciones rusas como requiere esta guerra (...) El valor de nuestros soldados y la resiliencia de nuestras brigadas de combate compensan la falta de decisiones esenciales de nuestros socios”, dijo Zelensky en una publicación en la red social X.
El Ministerio ruso de Exteriores y blogueros afines al Kremlin indicaron que se utilizaron lanzadores de fabricación estadounidense HIMARS para destruir puentes en el Seim, aunque no fue posible verificar esta información de manera independiente.
Los líderes ucranianos pidieron de forma reiterada autorización para hacer ataques de largo alcance contra bases aéreas rusas y otra infraestructura utilizada para golpear instalaciones energéticas y otros objetivos civiles ucranianos, lo que incluye bombas planeadoras adaptadas de la era soviética que han devastado el este oriental del país en los últimos meses.
Moscú también parece haber incrementado los ataques a Kiev y la madrugada del domingo empleó misiles balísticos contra la capital ucraniana por tercera ocasión este mes, según el responsable de la administración militar municipal. Serhiy Popko dijo en una publicación en Telegram que los ataques “casi idénticos” de agosto contra la capital “probablemente emplearon” misiles KN-23 proporcionados por Corea del Norte.
En torno a las 7 de la mañana hubo un nuevo intento de golpear Kiev, dijo Popko, en esa ocasión con misiles de crucero Islander. Las defensas antiaéreas ucranianas derribaron todos lo objetivos en esos dos ataques a la ciudad el domingo por la mañana.
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