Kampala y Nairobi. AFP Y EFE. El Parlamento ugandés adoptó ayer un proyecto de ley que incrementa la represión de la homosexualidad y prevé la cadena perpetua para los reincidentes.
“Es una victoria para Uganda. Estoy feliz de que el Parlamento haya votado contra el mal”, dijo el diputado David Bahati.
A pesar de que este proyecto de ley ha sido muy criticado por las democracias occidentales y los defensores de los derechos humanos, el texto fue aprobado por una mayoría aplastante en un país de ferviente cristianismo.
“Somos una nación que teme a Dios, valoramos la vida de manera holística. Esto explica que los diputados adoptaran este proyecto de ley, sin importar la opinión del mundo exterior”, añadió.
La mayoría legislativa, en poder del Movimiento de Resistencia Nacional –gubernamental–, rechazó una propuesta para reducir la pena de cadena perpetua en algunos supuestos de relaciones homosexuales a una condena de 14 años de cárcel.
Tras la aprobación de la nueva ley, los diputados ugandeses votaron a favor de una moción para agradecer al presidente de la cámara este “regalo”.
La nueva ley debe someterse ahora al presidente de Uganda, Yoweri Museveni.
Draconiana. El proyecto, cuya génesis se remonta al 2009, se hallaba bloqueado por las críticas recibidas a nivel internacional. El presidente estadounidense, Barack Obama, lo había calificado de “odioso” .
En principio, la iniciativa incluía la pena de muerte para quien fuera descubierto por segunda vez realizando un acto homosexual, así como para aquellas relaciones entre personas del mismo sexo en donde una fuera menor de edad o portadora del virus del sida.
La homosexualidad ya está prohibida en Uganda, pero esta nueva ley endurece las penas y criminaliza la promoción pública de las relaciones entre personas del mismo sexo, incluidos los debates de los grupos de activistas.
La organización Amnistía Internacional (AI) pidió el viernes al presidente de Uganda que vete la nueva ley, por constituir una “discriminación salvaje” y un “asalto a los derechos humanos”.
“Además de violar los derechos a la intimidad, a la vida familiar y la igualdad, la ley amenaza la libertad de asociación y expresión. Se institucionaliza la discriminación contra los homosexuales”, advirtió el escrito de Amnistía.
El año pasado, Museveni provocó un escándalo al aconsejar a unas colegialas “llevar candados en sus partes íntimas” hasta el matrimonio.
En la actualidad, la mayoría de los países africanos consideran ilegal la homosexualidad, y las autoridades, como en Uganda o Zimbabue, han hecho declaraciones en términos muy agresivos contra esos colectivos.