La Paz. Un joven murió este miércoles en choques de partidarios del expresidente Evo Morales con policías en un poblado del este de Bolivia, lo que elevó a 10 los fallecidos por la violencia política tras los cuestionados comicios del 20 de octubre, según la Fiscalía.
"Fue por un impacto de bala que ha muerto", informó el médico Jhonny Guzmán a la radio Fides, al precisar que el proyectil hizo impacto en la cabeza de Roberth C.S., de 20 años, en el poblado de Yapacaní, cercano a la ciudad de Santa Cruz, 900 kilómetros al este de La Paz.
Los simpatizantes de Morales protestaron en las calles, lo que motivó la reacción policial, pues otros vecinos temían saqueos.
El Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF), que depende de la Fiscalía General, dijo en su último balance que 10 personas han muerto por la violencia política tras los comicios, la mayoría por armas de fuego. El anterior balance eran siete.
"Diez personas perdieron la vida a la fecha, de los cuales ocho fueron por proyectil de arma de fuego", dijo el director del IDIF, Andrés Flores.
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Bolivia está sumida en una fuerte conmoción por cuarta semana. Los incidentes comenzaron un día después de las elecciones, cuando los opositores denunciaron un fraude en favor de Morales, en el poder desde el 2006, para continuar en el poder hasta el 2025.
Primero las manifestaciones fueron protagonizadas por rivales del mandatario indígena, quien renunció el domingo y se refugió en México. El martes asumió como presidenta interina la derechista Jeanine Áñez, lo que impulsó a protestar a los seguidores de Morales.
Además de los 10 muertos, la Defensoría del Pueblo dijo que los heridos suman unos 400 heridos en todo el país.
Disposición de regresar a Bolivia
Evo Morales dijo este miércoles en México, donde se encuentra en calidad de asilado, que regresaría para “pacificar” su país si los bolivianos se lo piden, tras semanas de protestas violentas que derivaron en su renuncia a la Presidencia el domingo.
En su primera conferencia de prensa desde el exilio, Morales reiteró que con su dimisión buscó detener la violencia que ha sacudido Bolivia.
"Si mi pueblo pide, estamos dispuestos a volver (...) Vamos a volver tarde o temprano (...) mejor lo antes posible para pacificar Bolivia", dijo.
Asimismo, reiteró su llamado a un diálogo nacional en el que podrían participar “países amigos” en una suerte de mediación entre las fuerzas políticas.
"Es importante el diálogo nacional. Sin diálogo nacional estoy viendo que a va a ser difícil parar esta confrontación", añadió.
El dirigente hizo un llamado a la Policía y a las Fuerzas Armadas, que lo presionaron para que presentara su renuncia, a no “usar bala contra el pueblo”.
Condena al gobierno de Trump
Interrogado sobre si el gobierno estadounidense podría estar detrás de lo que él y los países que lo respaldan señalan como un "golpe de Estado", respondió que no tiene información, pero presumía que Estados Unidos podría estar aportando "conceptos y estrategias" a sus adversarios políticos.
Horas después y a través de Twitter, Morales condenó "la decisión de (Donald) Trump de reconocer el gobierno de facto y autoproclamado por la derecha" que dirige como presidenta interina la derechista Jeanine Añez.
"El golpe de Estado que provoca muertes de mis hermanos bolivianos es una conspiración política y económica que viene desde EEUU", agregó el exmandatario en la red social.
El gobierno de Estados Unidos dijo el martes que espera "con interés" trabajar con Añez "y otras autoridades civiles del país mientras organizan elecciones libres y justas lo antes posible de acuerdo con la Constitución", según un tuit del principal diplomático estadounidense para las relaciones con América Latina, Michael Kozak.
Para Morales, la proclamación de Añez es la confirmación del "golpe" en su contra y un acto ilegal, pues no se realizó la sesión en la que el Legislativo acepta su renuncia, tal como lo indica la Constitución. El Tribunal Constitucional avaló, no obstante, la posesión de la hasta entonces senadora opositora.
Por la tarde, Morales fue recibido en una ceremonia por la alcaldesa de Ciudad de México, la izquierdista Claudia Sheinbaum, quien le entregó una medalla y un pergamino para declararlo "huésped distinguido" de la capital.
Denuncio al mundo, este nuevo atentado del #GolpeDeEstado artero, inconstitucional, ilegal y delictivo en mi querida Bolivia. Hoy, legisladores del pueblo han sido brutalmente reprimidos e impedidos de ingresar a la Asamblea. El golpe racista y fascista se hunde en la ilegalidad.
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) November 13, 2019
A su llegada, decenas de personas lo recibieron en el exterior de la alcaldía coreando “¡Aymara, hermano, el pueblo te da la mano!” y “¡No estás solo”.
En su agradecimiento, Morales dijo que dentro y fuera de su país "no aceptan que Bolivia sea anticolonialista y antimperialista", y que no renunció por "cobarde", sino por "cuidar la vida" de los bolivianos.
Morales llegó el martes a México en calidad de asilado en un avión militar mexicano.