Caracas
El cierre por parte del Citibank de la cuenta de pagos internacionales de Venezuela, aunado al cese de actividades de multinacionales acentúan la crisis económica del país petrolero, cuyo gobierno intenta salir a flote dándoles más poder a los militares.
Citibank confirmó este martes en un comunicado que cancelará una cuenta de pago del Banco Central de Venezuela (BCV), tras realizar una evaluación de "gestión de riesgo" en el país, lo que el presidente Nicolás Maduro denunció como un "bloqueo financiero".
Por medio del Citibank, Venezuela paga todas las cuentas en Estados Unidos y en el mundo, advirtió Maduro, lo que pone al país en serios aprietos pues debe buscar con urgencia otro banco corresponsal para evitar quedar al margen del sistema financiero internacional.
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Es una cuestión de "riesgo reputacional", comentó una fuente del Citibank que pidió la reserva de su identidad. Explicó que la decisión de salir del negocio de corresponsal bancario en Venezuela también afecta a bancos privados, pero la franquicia se mantendrá en el país.
"Esto agrega una complicación porque dificulta los pagos exteriores y hace más compleja las transacciones externas", dijo el diputado opositor José Guerra, exdirectivo del BCV.
La determinación de Citibank se suma a la seguidilla de anuncios de cierres o recortes de operaciones de empresas en Venezuela, los grupos estadounidenses como Coca-Cola, Kraft Heinz y Clorox, o las aerolíneas Lufthansa, Aeroméxico y American Airlines.
Cumpliendo su amenaza de intervenir las empresas que cesen operaciones, el Gobierno se hizo el lunes con el control de la planta del fabricante estadounidense de productos de higiene Kimberly-Clark, que suspendió operaciones argumentado "el deterioro" económico.
"A Venezuela no la detiene nadie. Con Citibank o sin Citibank, nosotros vamos. Con Kimberly o sin Kimberly, Venezuela va", manifestó Maduro.
Dificultades. El país con las mayores reservas petroleras del mundo sufre una grave crisis, acentuada por la caída de los precios del petróleo, con una escasez que alcanza 80% de alimentos y medicinas, y una inflación de 180% en el 2015 y proyectada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en 720% para el 2016.
La oposición y analistas críticos del gobierno sostienen que la crisis es resultado del modelo de intervención estatal y del régimen de control de cambio, pero Maduro asegura que es víctima de una "guerra económica" que busca provocar malestar.
En contrapartida a la profundización de la crisis, Maduro anunció la noche del lunes un nuevo plan contra la escasez, al mando del ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, y en el que los ministros quedarán subordinados a este general del Ejército.
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Puertos, aeropuertos y varias empresas amanecieron este martes con una fuerte presencia de efectivos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), que fiscalizan la distribución de productos básicos en varios estados del país.
Nicolás Maduro confía en que los militares pondrán orden, pues acusa a la empresa privada de controlar 93% de la distribución de productos básicos y de estar "pulverizando" el sistema con la especulación.
El aumento del poder de los militares en la política –comandan 10 de una treintena de ministerios– y en la economía ha desatado fuertes críticas.