Managua. La represión del gobierno de Nicaragua en contra de miles de nicaragüenses que marcharon el miércoles en Managua dejó 15 muertos y 199 heridos, informaron diversas fuentes.
Inicialmente, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) contabilizó 11 fallecidos y 79 lesionados por disparos hechos por fuerzas paramilitares en contra de manifestantes en Managua, pero el jueves por la tarde la Policía precisó en un informe que se contabilizaron 15 muertos en diferentes partes del país.
El balance de heridos lo dio a conocer la ministra de Salud, Sonia Castro.
Posteriormente, el canciller Denis Moncada leyó un comunicado del gobierno que aseguraba “que esta situación de violencia delincuencial que han generado grupos políticos de oposición con agendas políticas específicas, activando formatos delictivos para aterrorizar a las familias, constituye una conspiración que viola la Constitución de la República y pretende seguir destruyendo la seguridad y la vida de las familias nicaragüenses”.
El miércoles fue el Día de la Madre en Nicaragua y las progenitoras de los asesinados durante las protestas de abril y mayo organizaron una marcha de protesta por las principales calles de Managua, la cual fue acompañada por decenas de miles de nicaragüenses.
Minutos antes del ataque a la marcha, el presidente Daniel Ortega dijo en un acto frente a una manifestación de simpatizantes que estaba comprometido con “retomar el camino de la paz” y afirmó: “Nicaragua nos pertenece a todos y aquí nos quedamos todos”, en respuesta a pedidos de los empresarios y otros sectores para que abandone el poder.
Las manifestaciones se iniciaron el 18 de abril como producto de una reforma al Seguro Social que incrementaba los aportes de los cotizantes.
Sin embargo, tras más de un mes las protestas se han convertido en el pedido de salida de Ortega del poder.
Los principales líderes empresariales del sector privado en Nicaragua pidieron por carta recientemente a Ortega que lleve a cabo elecciones anticipadas para resolver semanas de disturbios mortales.
El presidente respondió que Nicaragua no es propiedad privada de nadie. “Los dueños de Nicaragua somos todos los nicaragüenses, independientemente del pensamiento político, ideológico o religioso”, añadió el gobernante.
El analista político Oscar René Vargas comentó que parece ser que Ortega está dispuesto a quedarse en el poder a cualquier costa. “No importa la cantidad de gente que tenga que morir”, indicó Vargas.
“(Ortega) se está quedando solo con una parte de los empleados del Estado, la policía represora y turbas a las que les paga para que actúen como paramilitares y a nivel internacional también está quedando aislado”, añadió.
Por otro lado, la Conferencia Episcopal emitió este jueves un comunicado en el que condenó los “acontecimientos violentos perpetrados la noche de ayer (miércoles) por grupos armados afines al gobierno contra la población civil”, y afirmó que “no se puede reanudar el diálogo nacional mientras al pueblo se le siga negando el derecho a manifestarse libremente y continúe siendo reprimido y asesinado”.
Mientras tanto, el Parlamento Europeo, votó el jueves una resolución en la que condenó y pidió el cese de la represión en contra de las manifestaciones pacíficas, a la vez que consideró que la salida a la crisis sea por medio de “algo tan revolucionario como elecciones democráticas” .