Susa, Siria. Los combatientes del grupo Estado Islámico (EI), seguían replegándose este viernes en un campamento a orillas del río que bordea la ciudad de Baghuz, en el este de Siria, donde están asediados por las fuerzas apoyadas por Estados Unidos.
Miles de hombres, mujeres y niños, incluyendo numerosos heridos y cojos, huían de Baghuz, último bastión del EI, en la periferia de donde se encuentra el campamento, cerca de la frontera con Irak.
Quienes quedaban en el lugar se refugiaban en un campamento improvisado a orillas de un río Éufrates. Las escasas imágenes que obtuvo la AFP mostraban un océano de vehículos y de lonas marrones, entre las que se movían mujeres en niqab negro, entre cañas y juncos.
Otras siluetas se mantenían alerta tras pedazos de muro, para hacer frente a las fuerzas del régimen sirio, que tomaron posiciones al otro lado del río. Las motos cruzaban el campamento, de suelo fangoso, y desaparecían tras montículos de tierra.
Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), apoyadas por la coalición internacional liderada por Estados Unidos, esperan a que terminen las evacuaciones de civiles antes de seguir con su ofensiva contra el último reducto del grupo EI, una conquista que sellaría el fin territorial del "califato" proclamado hace casi cinco años por la organización yihadista.
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El viernes no salió ningún civil del reducto del EI, declaró un portavoz de las FDS, Adnane Afrine, que añadió en cambio que esperaba nuevas llegadas el sábado.
En el frente, "la situación está bloqueada, con excepción de algunos enfrentamientos intermitentes", indicó.
Cerca, en el pueblo de Susa, en gran medida destruido por las batallas contra el EI, las combatientes de las FDS celebraron el Día Internacional de la Mujer bailando alrededor de una hoguera al son de músicas tradicionales difundidas por altavoces, constataron periodistas de la AFP.
Las FDS acusan al grupo ultrarradical de utilizar a civiles como "escudos humanos". No se sabe cuántas personas siguen en Baghuz, pero las FDS admitieron su sorpresa ante la gran cantidad de personas que huyeron del pueblo.
El viernes el Comité Internacional de Rescate (IRC) cifró en 12.000 el número de mujeres y niños llegados al campo de desplazados de Al Hol, bajo control kurdo, durante las últimas 48 horas.
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La última ola de evacuados eleva a 55.000 el número de personas llegadas a este campo desde diciembre, complicando la situación con falta de tiendas y problemas de salud, indica el IRC. El campo está "al límite".
Desde diciembre, casi 58.000 personas, principalmente familiares de yihadistas, dejaron el reducto del EI, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH). Entre ellas, más de 6.000 yihadistas fueron detenidos.
Tras un ascenso fulgurante en el 2014, los yihadistas proclamaron un "califato" a caballo entre Siria e Irak que atrajo a miles de extranjeros.
Si bien al cabo de múltiples ofensivas los yihadistas perdieron casi la totalidad de su territorio, el general Joseph Votel, jefe de las fuerzas estadounidenses en Oriente Medio, advirtió el jueves que el combate contra el EI en Siria "está lejos de terminar".
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“Las observaciones recientes de nuestros hombres y mujeres sobre el terreno muestran que la población del EI que está siendo evacuada de los restantes vestigios del califato permanece en gran medida obstinada, inquebrantable y radicalizada”, avisó ante una comisión del Congreso estadounidense.
El "califato" podría convertirse en una "organización ampliamente dispersa y desagregada", con sus dirigentes y combatientes en la clandestinidad pero aún motivados por una ideología extremista, advirtió.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ordenó en diciembre la retirada total e inmediata de las fuerzas estadounidenses desplegadas en el noreste de Siria, declarando una victoria total contra el EI.
Desde entonces, el Congreso y el Pentágono lo convencieron de que había que retrasar la retirada de esa zona, que escapa al control del régimen sirio, y mantener allí a una "fuerza residual" que el mandatario evaluó en unos 200 militares.
La batalla contra el EI representa en la actualidad el principal frente de la guerra en Siria, que ha dejado más de 360.000 muertos desde marzo del 2011, mientras que el régimen Sirio, con el apoyo de Rusia e Irán, ha reconquistado casi dos tercios del país.