Caracas
Ante la crisis del sistema de salud y la profunda escasez de medicamentos que agobia Venezuela, lo último que cualquier venezolano quiere es enfermarse. Y menos del virus del zika.
Actualmente, no se consigue repelente para insectos, ni anticonceptivos para evitar embarazos, ni medicamentos para tratar las enfermedades asociadas al virus. Tampoco ha habido una campaña de salud pública que le informe a la gente acerca de la enfermedad y nadie sabe, a ciencia cierta, cuántos infectados hay.
LEA: Embarazada se convierte en primer caso autóctono de zika en Costa Rica
"Es terrible, terrible lo que estamos pasando" , dice consternada Carla Natera, de 50 años, funcionaria de la alcaldía del municipio capitalino de Sucre al relatar cómo debió recorrer diez farmacias de la capital para tratar de conseguir algún antialérgico para tratarse las erupciones que tenía en todo el cuerpo y el rostro debido al zika.
"No hay una campaña educativa e informativa en la población", dijo Barrientos. "No hay seguimiento del vector (el zancudo)".
A mediados de este mes, la televisora estatal produjo y transmitió algunos comerciales para informar a la gente del zika y enseñarles cómo protegerse, pero su difusión ha sido esporádica.
A las graves dificultades generadas por la escasez de medicamentos e insumos se suma otra: la falta de estadísticas oficiales sobre la evolución del virus que impide a los médicos hacer un análisis y caracterización completa de la epidemia, según han reconocido las sociedades de médicos locales.
Los reportes realizados por las autoridades del país a la Organización Mundial de la Salud señalan que los primeros cuatro casos de zika se registraron en noviembre pasado.
Pero el infectólogo Julio Castro, del Instituto de Medicina Tropical de la estatal Universidad Central de Venezuela, dijo que de acuerdo a las curvas de los cuadros febriles (fiebre en exceso) , del Ministerio de Salud, se estima que el virus habría empezado entre agosto y setiembre de 2015.
Las autoridades limitaron por más de un año la difusión de estadísticas epidemiológicas por razones que aún no han explicado, y que fueron difundidas sólo hasta el 12 de febrero.
En medio de fuertes críticas de los gremios de médicos, el Ministerio de Salud liberó a finales de la semana pasada algunos boletines, del que faltaban los reportes de 2014 y otros del año pasado, pues solo llegan hasta julio y no incluyen el surgimiento del zika.
LEA:Expertos estadounidenses estudian relación entre el zika y la microcefalia
Para compensar la falta de cifras oficiales y lograr estimar los casos probables de zika, algunos médicos venezolanos recurren a "algoritmos paralelos" utilizando herramientas de Google y el monitoreo de Twitter y otras redes sociales, dijo el infectólogo Castro.
Esas estimaciones les han permitido a médicos locales, agrupados en la Sociedad Venezolana de Salud Pública, calcular en cerca de 400.000 los casos sintomáticos de zika, mientras las autoridades reportan 5.221 casos sospechosos de los cuales han sido confirmados 319, y tres muertes asociadas al contagio.
En la vecina Colombia, en contraste, se han reportado oficialmente más de 30.000 casos del zika.
La oposición y algunos especialistas exigieron a las autoridades la declaratoria de una crisis humanitaria para atender de forma urgente la escasez de medicinas, insumos y equipos y evitar la muerte de pacientes.
El gobierno asocia el desabastecimiento a una "guerra económica" promovida por sectores empresariales para desestabilizar el país.
Castro explicó que en el caso de Venezuela aún no se ha alcanzado el pico del virus, y precisó que "entre finales de marzo y abril deberíamos estar en el punto más alto de la curva y allí debería empezar a bajar".La ministra de Salud de Venezuela, Luisana Melo, indicó a finales del mes pasado que las autoridades no tienen registrado ningún caso de malformación congénita como la microcefalia, que hace que el bebé de una madre contagiada con zika nazca con la cabeza más pequeña de lo normal.
Al respecto, el médico William Sánchez, profesor de obstetricia y ginecología de la escuela de medicina de la Universidad Central de Venezuela, afirmó que considerando el periodo en el que ingresó el virus al país es posible que se puedan ver casos de microcefalia entre julio y setiembre de 2015.
Sánchez indicó que hay reportes de "alrededor de diez casos" de embarazadas en el país que se están siguiendo para determinar el posible riesgo de microcefalia.