Bakú. Casi 200 países reunidos en la COP29 iniciaron este miércoles las negociaciones sobre el financiamiento de la lucha contra el cambio climático, en una contienda que, según el líder interino de Bangladés, Muhammad Yunus, resulta “humillante”.
Mientras tanto, climatólogos publicaron un nuevo informe alarmante sobre el ritmo de calentamiento del planeta y alertaron que las emisiones de gases de efecto invernadero continúan en aumento.
La meta central de la conferencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Bakú es alcanzar un acuerdo que incremente de forma sustancial los fondos destinados a combatir el cambio climático en los próximos años, definiendo un monto, quién financiará y bajo qué condiciones.
Un borrador de 34 páginas fue presentado a las partes negociadoras, un documento mucho más extenso que la versión anterior, que no generó consenso.
El propósito fundamental de la COP29 es concretar un incremento en las ayudas de los países industrializados hacia los más vulnerables ante el cambio climático.
Actualmente, los fondos alcanzan poco más de $100.000 millones anuales, pero los países menos desarrollados solicitan un incremento que se aproxime al billón de dólares.
Las opciones presentadas en este nuevo texto plantean un mínimo de un billón de dólares anuales, aunque con variaciones en los términos.
Fuentes cercanas a las negociaciones señalan que AILAC, un grupo regional latinoamericano, propuso una partida de ayuda específica para su región.
La COP29, donde las decisiones se toman por consenso, finalizará el 22 de noviembre.
El texto final debe contener “un objetivo de al menos un billón de dólares por año, un financiamiento principalmente público, con garantías de transparencia y metas diferenciadas para mitigación, adaptación, y daños y pérdidas”, solicitó Fernanda Carvalho, experta en negociaciones climáticas del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
“Los ministros tendrán que negociar arduamente la próxima semana”, anticipó David Waskow, del grupo de reflexión WRI.
“No estamos aquí para mendigar”, expresó el primer ministro de Granada, Dickon Mitchell.
“Es humillante que las naciones vengan a pedir fondos para resolver (...) problemas que otros causaron”, añadió Muhammad Yunus, líder interino de Bangladés.
Emisiones aumentan
Paralelamente, las alertas científicas sobre el estado del planeta siguen apareciendo mientras se desarrollan los discursos de líderes mundiales en Bakú.
El Global Carbon Project publicó su esperado informe sobre las emisiones globales de CO₂ generadas por la quema de carbón, petróleo y gas, que este año volverán a alcanzar un récord.
Aún más preocupante, los 120 científicos que participaron en el estudio señalan que el mundo debe alcanzar cero emisiones netas de CO₂ para finales de la década de 2030 si se busca limitar el calentamiento global a 1,5 °C respecto a los niveles de finales del siglo XIX.
Esta meta se ubica mucho antes de 2050, el objetivo fijado actualmente por un centenar de países, incluyendo la mayoría de las naciones desarrolladas.
“No hay evidencia de que el uso de combustibles fósiles haya llegado a su pico”, advirtió el profesor Pierre Friedlingstein, de la Universidad de Exeter en el Reino Unido, aunque afirmó que el límite “está frustrantemente cerca”.
El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliev, anfitrión de la conferencia climática de la ONU, declaró en la apertura de la cumbre que el petróleo y el gas son “un regalo de Dios”.
“Dios nos otorga regalos, pero siempre nos exige moderación. Por ejemplo, si consumimos demasiada azúcar, seguramente terminaremos diabéticos”, comentó la ministra brasileña de Medio Ambiente, Marina Silva, en una rueda de prensa el miércoles.
Brasil, próximo anfitrión de la COP30 en Belém, anunció nuevos compromisos de reducción de CO₂, de acuerdo con el calendario del Acuerdo de París de 2015.
Para 2035, Brasil planea reducir entre un 59 % y un 67 % sus emisiones respecto a 2005.
El ambiente en la COP29 es más cauteloso que en ediciones previas, tras la reciente victoria electoral de Donald Trump en Estados Unidos.
“No existe una alternativa única a las energías fósiles”, afirmó la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quien además pidió una visión “realista” y advirtió sobre “políticas excesivamente ideológicas”.
Sin embargo, los países avanzan en la conversión energética: Estados Unidos anunció su intención de triplicar su capacidad nuclear hacia 2050.