Ginebra. AFP. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) pidió ayer una pausa cotidiana de al menos dos horas a todas las partes involucradas en la violencia en Siria, mientras aumentan las muertes en los distritos rebeldes de la ciudad de Homs.
Su objetivo es lograr un permiso para la entrega de ayuda humanitaria a los afectados.
Riad al-Asad, jefe del Ejército opositor de los militares disidentes, acogió favorablemente la propuesta, mientras que el Gobierno se abstiene de dar respuesta.
“La situación actual exige que se tome una decisión inmediata para que se pueda instaurar una pausa humanitaria en los combates”, declaró Jakob Kellenberger, presidente del CICR, citado en un comunicado.
“En Homs y en otras zonas afectadas, familias enteras están bloqueadas en sus casas desde hace días, sin poder salir a comprar pan, víveres, agua, o acceder a atención médica”, agregó.
“En los últimos días, hemos estado en contacto con las autoridades sirias y los miembros de la oposición para pedir esta pausa en los combates”, precisó.
Según la organización, esta pausa debería durar por lo menos dos horas para que el personal del CICR y los voluntarios de la Media Luna Roja siria tengan suficiente tiempo para llevar la ayuda humanitaria y evacuar a los enfermos.
Una tregua temporal en los combates permitiría al CICR y a la Media Luna Roja siria intensificar más la entrega de ayuda y responder mejor a las necesidades de la población, indicó el comunicado.
Desde el 11 de febrero, estos equipos lograron entrar a las ciudades de Homs, Bludan, al-Zabadani y Madaya en Damasco, para llevar asistencia humanitaria a los más vulnerables.
Por su parte, el Consejo Nacional Sirio (CNS), principal instancia de la oposición al régimen, trataba el martes de movilizar a la comunidad internacional para levantar “el asedio de Homs” y llevar auxilio a los barrios afectados desde hace 18 días por el ataque del gobierno de Bashar al-Asad.
Las fuerzas gubernamentales desataron ataques contra varios distritos considerados como foco rebelde en la ciudad de Homs, y mataron a por lo menos 16 personas, situación que provocó el temor de una nueva ronda de combates urbanos en un país que se precipita hacia una guerra civil.
El balance de la represión ha dejado más de 6.000 muertos, según Naciones Unidas.