Seul y Pyongyang. Una cumbre sin precedentes tendrá lugar durante dos días, a partir de hoy en Pyongyang, capital norcoreana, entre el presidente de Corea del Sur, Kim Dae-Jung, y el gobernante de Corea del Norte comunista, Kim Jong-Il, después de una postergación de 24 horas impuesta por este último.
Seúl mantiene total silencio sobre las horas y modalidades de este primer encuentro debido al carácter desconfiado del dirigente norcoreano.
Los motivos "técnicos" invocados para imponer el aplazamiento a último minuto de la cumbre fueron interpretados en Seúl como una advertencia ante las revelaciones hechas por la prensa surcoreana. En general, Corea del Norte anuncia las visitas de Estado una vez que estas han terminado.
"Las diversas actividades que tendrán lugar durante el viaje del presidente Kim Dae Jung al norte probablemente no serán anunciadas a los medios", declaró ayer Yun Seok-Jong, responsable del servicio de prensa de la presidencia.
Mientras tanto, las perspectivas de reconstrucción de Corea del Norte, planteadas por la cumbre intercoreana, aumentan el apetito de los empresarios surcoreanos, mientras las cifras en juego se muestran impresionantes.
Según los servicios financieros de Daewoo, para sacar a flote al país, durante los próximos diez años se tendrán que invertir unos $250.000 millones en infraestructuras y en el sector privado norcoreano.
Más modesto, un grupo de estudio de Samsung considera en un informe que serán necesarios $9.000 millones sólo para financiar la primera fase de los trabajos de reconstrucción de las infraestructuras del norte.
Para la historia
Tras medio siglo de amenazas invasoras en la península de Corea, los dirigentes de los dos países tan hermanos como enemigos, separados por el paralelo 38, celebran a partir de hoy un histórico y primer encuentro en Pyongyang que puede dar comienzo a una nueva etapa de distensión.
El presidente de la capitalista y pro occidental Corea del Sur, Kim Dae Jung, viajará hoy a la capital del país más hermético y desconocido del mundo, Corea del Norte, para mantener dos reuniones con el presidente del Comité Nacional de Defensa, que hace las funciones de jefe de Estado, Kim Jong Il, del que se desconoce hasta el tono de su voz.
El portavoz surcoreano, Park Joon Young, dijo ayer que el Presidente considera el encuentro como un hito en las relaciones de los dos países a partir del cual se pueden sentar las bases de una nueva y diferente relación.
"El Presidente hablará con completa libertad y escuchará lo que Kim Jong Il tenga que decirle", señaló, para añadir que la ocasión puede servir para que las dos Coreas tengan la oportunidad de lograr algún tipo de acuerdo en puntos fácilmente alcanzables por ambas partes y con el deseo en mente de proseguir los encuentros.