Managua. AP y AFP. Después de haber gobernado como un abierto opositor a Estados Unidos durante la década de los 80, el líder sandinista Daniel Ortega regresa hoy al poder con la incógnita de si logrará reducir la pobreza y la desigualdad social en Nicaragua.
Ortega conquistó la presidencia en las elecciones del pasado cinco de noviembre, en su cuarta aspiración presidencial desde que dejó el poder en 1989.
A la ceremonia de juramento de hoy han confirmado su asistencia 13 presidentes latinoamericanos y el de Taiwán. Mientras que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, enviará una delegación encabezada por el secretario de Salud y Servicios Humanos, Michael Leavitt.
Bush llamó telefónicamente a Ortega el lunes para felicitarlo por su “compromiso por la democracia” y para informarle sobre las áreas de cooperación en el tratado de libre comercio con Centroamérica y República Dominicana y la Cuenta del Reto del Milenio, en el cual Nicaragua tenía un programa de unos $600 millones en donaciones.
Durante el anterior gobierno de Ortega (1979-89) Washington impuso un bloqueo económico a Nicaragua y financió a los contra que se enfrentaron a los sandinistas en una guerra interna que costó miles de muertes.
Como gobernante, Ortega instauró un régimen socialista en el que centralizó la economía e impuso el servicio militar obligatorio.
Vuelta. El excomandante guerrillero vuelve al poder prometiendo justicia social y combatir la pobreza en este país que tienen al 80% de la población viviendo en pobreza con dos dólares o menos diarios.
Ortega requerirá de “mucha creatividad y tendrá que movilizar a todos los integrantes de la sociedad nicaragüense esencialmente a los sectores productivos para enfrentar el drama de la pobreza”, dijo el director del Centro de Estudios Económico y Sociales de Latinoamérica Marco Gandásegui.
Tendrá no solo que mantener cierta estabilidad en la economía nicaragüense, sino que además deberá desarrollar dinámicos programas sociales, según analistas.
La gente “tiene grandes ilusiones sobre su retorno y no debe darse el lujo de decepcionar su base política”, dijo el analista del centro de investigaciones de Diálogo Interamericano Michael Shifter.
El analista económico Óscar Vargas dice que uno de los retos impostergables de Ortega será reformar el sistema tributario para hacerlo más justo. De cada dólar que recauda Nicaragua, 12 centavos vienen de los ricos mientras que 86 centavos lo pagan los pobres, dijo.
“Tiene que haber una reforma en la política tributaria para que los que más tienen paguen más”, expresó Vargas.
Sin embargo, Ortega deberá negociar con la oposición para impulsar tales cambios en la legislación, dado que los sandinistas tendrán solo 38 de los 92 escaños de la Asamblea Nacional (Congreso), que ayer asumió funciones.
Se espera que al juramento de Ortega asistan los presidentes de Colombia, República Dominicana, Venezuela, Bolivia, Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Panamá, Taiwán, República Árabe Sahaurí, Haití, Cuba, México y el príncipe de Asturias, Felipe de Borbón y Grecia.