Las intensas lluvias registradas en Panamá en los últimos días ocasionaron la muerte de al menos 14 personas y dejaron unos 10.000 damnificados, por lo que el Gobierno declaró ayer un estado de emergencia nacional.
El Gobierno panameño, encabezado por el presidente Martín Torrijos, anunció la creación de un fondo especial para atender a las víctimas, pese a que el país atraviesa por una severa crisis económica.
“No estamos en una situación económica holgada, pero tenemos que ser solidarios con los que sufren y los que lo perdieron todo”, dijo Torrijos a la prensa tras reunirse de emergencia con su gabinete.
El Gobierno de Panamá recién puso en marcha esta semana un plan de ajuste a su gasto para conseguir recursos que le permitan enfrentar una crisis en las arcas públicas, después de que el gobierno anterior –que terminó el 1.° de setiembre– le heredó un déficit fiscal de $720 millones.
Esta es la primera emergencia nacional que enfrenta el gobierno de Torrijos, a 18 días de haber asumido.
“Estamos en crisis, pero aún no sé si vamos a pedir ayuda internacional porque no hemos cuantificado los daños totales”, agregó Torrijos.
Pese a la situación de emergencia, el mandatario dijo que hoy domingo viajará a Nueva York para asistir a la 59.° reunión de las Naciones Unidas.
Lluvias inclementes
Al menos 14 personas, la mitad de ellas bebés, murieron entre la noche del viernes y la madrugada del sábado en las inundaciones y derrumbes causados por las lluvias torrenciales que afectaron principalmente al este y noreste de la capital panameña, según informes preliminares del Sistema de Protección Civil de Panamá (Sinaproc).
Los socorristas continuaron ayer, hasta muy tarde, la búsqueda de al menos una veintena de personas que habrían sido arrastradas por los ríos que se desbordaron, según las autoridades.
“Llamamos a la población a estar alerta porque las lluvias van a continuar y deben estar muy atentos a la posibilidad que se desborden de nuevo los ríos (entre ellos el Tocumen y el Cabra)”, advirtió el director del Sinaproc, Roberto Velásquez.
Las lluvias dañaron sobre todo las viviendas de los barrios más pobres, ubicados cerca de ríos, barrancos y cerros, por lo que el Gobierno ha dicho que buscaría la reubicación de esas comunidades.
Informes de la prensa local cuentan acerca de cómo las lluvias arrasaron con todo a su paso en varias localidades: las camas, las cocinas, los colchones y hasta los álbumes familiares se avistaban en las calles inundadas.
Entre tanto, el ministro de Educación, Juan Bosco Bernal, dijo ayer, al diario local La Prensa , que no habrá clases mañana.
Esto por cuanto, las escuelas servirán como refugio para los damnificados, que hasta al cierre de esta edición se contabilizaban en más de 10.000, según organismos de socorro.
Unas 108 viviendas quedaron totalmente destruidas y 1.435 dañadas parcialmente, agregaron.