Melborune, Australia
Silencioso pero desafiante, el cardenal George Pell hizo el miércoles su primera comparecencia en Australia en un juicio por abusos sexuales y prometió por medio de su abogado combatir unas acusaciones que han conmocionado Roma y amenazado la imagen del Papa como un abanderado contra los abusos en la Iglesia.
Pell, el clérigo católico australiano de mayor jerarquía y principal asesor financiero del Papa, está acusado de abusos sexuales hace años contra varias personas en su estado natal, Victoria. Los detalles de las acusaciones no se han hecho públicos, aunque la Policía ha descrito los delitos como "históricos", lo que implica que ocurrieron hace años.
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El purpurado no se manifestó culpable o inocente, aunque su abogado dijo el miércoles al tribunal que tiene previsto declararse oficialmente como no culpable en una vista judicial futura.
"Para evitar las dudas y debido al interés, puedo indicar que el cardenal Pell se declara no culpable de todos los cargos y mantendrá la presunción de inocencia que tiene", expresó a la corte el abogado Robert Richter.
Pell llegó a la pequeña sala judicial vestido de negro y con el rostro carente de expresión, y tomó asiento tras su equipo legal. No expresó nada durante la vista ni a las hordas de periodistas que lo rodearon a la salida.
La vista en sí duró apenas unos minutos y fue rutinaria. Sin embargo, la imagen de uno de los hombres más poderosos de la Iglesia católica ante un abarrotado tribunal rebosante de periodistas y espectadores no lo era en absoluto.
Caso prominente. Aunque muchos clérigos han sido acusados de abusos sexuales en los últimos años, Pell es de lejos el de mayor categoría que afronta cargos, y el caso ha sacudido el Vaticano.
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Tras años de supuesta ocultación deliberada y silencio de la Iglesia sobre su escándalo de pederastia, sobrevivientes de los abusos y sus defensores celebraron el procesamiento de Pell como un cambio trascendental en la respuesta de la sociedad a la crisis.
"El mundo mira", manifestó Cathy Kezelman, presidenta de la Blue Knot Foundation, un grupo australiano de defensa de las víctimas. "El mero hecho de que estas acusaciones lleguen a un procesamiento demuestra un importante cambio en la sociedad, en el que los bastiones de poder y estructuras jerárquicas, antes inalcanzables, se ven llevados ante la Justicia y se les exigen responsabilidades".
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Una docena de policías formó un círculo en torno a Pell a su salida del tribunal, empujando para abrirle paso en medio de una masa de medios y entre gritos de manifestantes y partidarios.
Pell tendrá su próxima cita ante el tribunal el 6 de octubre.