Ege Okant, una joven que fue estudiante de intercambio en Costa Rica en el periodo 2011-2012 por medio del programa American Field Service (AFS), es una de las víctimas mortales del devastador terremoto que azotó Turquía y Siria la madrugada del pasado lunes 6 de febrero.
Así lo externó AFS en una comunicado publicado en su página oficial de Facebook. Recordaron que Okant realizó su intercambio en Cartago.
“Ege dejó una marca permanente en todas aquellas personas que la conocieron. siempre llena de vida y alegría, llevaba algo positivo a donde quiera que iba. Ege fue un símbolo de esperanza y trascendió de este mundo demasiado pronto por el trágico terremoto en Turquía el lunes por la mañana”, lamentó la organización internacional.
El terremoto de magnitud 7,8 ocurrió en la madrugada del lunes mientras mucha gente dormía. Hasta la tarde de este jueves 9 de febrero, las autoridades contabilizaban más de 20.000 personas fallecidas en el sur de Turquía y el noroeste de Siria.
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Francisco Leiva Navarro y Marisol Navarro Coto, hermano y madre adoptivos de Ege Okant durante su intercambio en Cartago, comentaron la publicación de AFS, en la que externaron su pesar por el deceso de alguien a quien consideraban miembro de su familia.
“Mi hermanita, no sabes cuanto te extrañaré. aún no puedo creer que esto esté sucediendo; siempre tuve la ilusión de poder verte otra vez, estoy con el corazón destrozado. Descansa en paz hermanita, te amamos y recordaremos siempre”, lamentó Leiva.
En tanto, la madre adoptiva de Okant en Costa Rica aseguró que agradeció a todos los que ofrecieron palabras hermosas.
“(Ege) será extrañada por todo el personal, los voluntarios, los amigos y su familia de AFS”, concluyó su pésame el organismo internacional.
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De acuerdo con Afad, el organismo de rescate turco, se encontraron hasta este jueves 17.134 personas fallecidas. En Siria se hallaron hasta ahora 3.162 muertos, según el recuento oficial, lo que eleva el total de decesos por el temblor a 20.296.
El devastador movimiento telúrico ha conmovido a la comunidad internacional, que ocasionalmente recibe noticias esperanzadoras en medio de la calamidad.
Tal es el caso de Aya, una bebé que nació en pleno terremoto en Siria y quedó bajo los escombros, conectada por al menos 10 horas a su madre que falleció, según las autoridades. La pequeña sobrevivió y fue trasladada al hospital Cihan en Afrin.
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