Zhengzhou. Miles de habitantes del centro de China fueron evacuados este viernes pero siguen rodeados de agua, tres días después de las devastadoras lluvias que causaron al menos 56 muertos, mientras se aproxima un amenazante tifón a la zona.
Henan, la tercera provincia más poblada de China con casi 100 millones de habitantes, sufrió lluvias récord en los últimos días que convirtieron las calles en torrentes de barro.
Zhengzhou, su capital, se vio muy afectada, hasta el punto de que un vagón de metro quedó sumergido el martes, matando a 12 personas.
En esta metrópoli de 10 millones de habitantes, los bomberos y los socorristas trabajaban este viernes con enormes bombas para retirar las grandes cantidades de agua acumuladas en las calles.
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El balance de muertos pasó este viernes de 33 a 51 y luego a 56 y se espera que continúe aumentando, ya que las autoridades provinciales informaron a la prensa que estaban contabilizando víctimas.
Las condiciones meteorológicas obligaron a evacuar a más de 395.000 personas y causaron daños por más de 65.500 millones de yuanes ($10.000 millones, 8.500 millones de euros), anunciaron las autoridades municipales este viernes.
En una excavadora, unos 15 habitantes fueron evacuados a toda prisa. Algunos pudieron llevarse pertenencias, otros ni eso e iban desnudos de cintura para arriba.
A la salida de un túnel en el centro de la ciudad, muchos se quedaron boquiabiertos al ver decenas de vehículos amontonados tras ser arrastrados por las aguas el martes.
La Policía prohibió a la gente y a los periodistas de la AFP tomar fotos o videos. Es probable que todavía haya cuerpos dentro de vehículos sumergidos.
En una avenida embarrada, Chen Yan intentaba irse de Zhengzhou. “No hay casi ningún tren hoy. Sin un coche es difícil salir de la ciudad”, dijo la treintañera, que lleva tres días bloqueada en Zhengzhou.
Balsas
Las fuertes lluvias se concentran ahora más al norte.
A 90 kilómetros de Zhengzhou, la ciudad de Xinxiang y sus alrededores están aislados del mundo. El río Wei se ha desbordó, según la cadena estatal CCTV.
Las imágenes muestran a los socorristas utilizando un pontón desmontable para evacuar a los residentes. Casi 9.000 personas ya han sido rescatadas pero quedan 19.000 por desalojar, precisó la cadena.
En una calle de Weihui, el agua llega hasta las rodillas y en algunos lugares hasta el cuello.
Los voluntarios participan en el rescate. “Se trata de que no haya dos equipos en el mismo lugar haciendo lo mismo”, explica Zhang Luyang, un joven con un chaleco salvavidas.
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Junto a él Liu Long, de 30 años, escucha atentamente. “No soy un profesional en rescate y no sé nadar (...) pero quería ayudar físicamente”, declara.
No queda nada
Los socorristas evacúan a los habitantes hacia botes de goma o balsas improvisadas que fabrican con puertas o planchas.
Las personas mayores son quienes lo tienen más difícil porque el nivel del agua complica los desplazamientos.
A pesar de todo un jubilado intentaba marcharse en bicicleta por una calle inundada. Las ruedas estaban completamente cubiertas de agua.
En una localidad cercana, cientos de personas se refugiaron en el hotel de Liang Long. “Sus aldeas han sido arrasadas, no queda nada”, declaró él a la AFP.
El hotel, situado a unos 20 kilómetros de las zonas más afectadas, recibió llamadas pidiendo ayuda. “La comida se está agotando”, manifestó Liang Long.
Los expertos apuntan al cambio climático como responsable de las peores inundaciones en la región desde que se iniciaron los registros, hace 60 años.
Más al este, China observa el avance del tifón In-fa, con lluvias torrenciales y vientos de más de 130 km/h, según los servicios meteorológicos.
Se espera que In-fa toque tierra a partir del sábado en la región de Shanghái, donde viven decenas de millones de personas.