Miami y Managua. Iota tocó tierra este lunes en la costa del Caribe norte de Nicaragua como huracán de categoría máxima, acompañado de catastróficos vientos, lluvias y marejadas, informó una fuente oficial.
“Este potente huracán Iota ya está en la parte delantera, ya está en tierra. En este momento el ojo del huracán se encuentra ya tocando el límite de la costa de Haulover”, en el Caribe, dijo en rueda de prensa Marcio Baca, director de meteorología de Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter).
Iota llegó al litoral centroamericano como huracán de categoría 5, dejando potentes rachas de vientos y lluvias en las comunidades costeras de Haulover, Prinzapolka, Karawala y Wouhnta, así como Bilwi, principal ciudad del Caribe norte, donde los fuertes vientos arrancaban techos y estremecían los árboles.
Bilwi, con más de 40.0000 habitantes, en su mayoría de origen indígena, recibió la furia del ciclón en medio de la oscuridad por la interrupción del suministro eléctrico, con muchos pobladores resguardados en casas de concreto mientras otras quedaron esperando en sus frágiles viviendas de madera.
El fenómeno llegó con vientos fuertes de hasta 260 km/h e intensos aguaceros que inundaron los barrios bajos de Bilwi, que quedó sin fluido eléctrico horas antes de la embestida de Iota.
Miles de pobladores fueron trasladados a albergues, mientras otros quedaron en sus frágiles viviendas de madera.
“Se está despegando el cinc de (el techo de) mi casa a pesar de que lo reparamos (después de) el Eta”, manifestó Silvania Zamora, una habitante de Bilwi, que buscó refugio en la casa de su vecino.
Iota es el segundo huracán de gran potencia en azotar el Caribe norte de Nicaragua en dos semanas, después de que Eta impactó el 3 de noviembre.
Miles de personas han sido evacuadas y llevadas a albergues en varios países del Istmo, mientras sus líderes acordaron un frente común para solicitar recursos internacionales mientras se acumulan los daños de las dos tormentas.
Más fuerte que su predecesor, Iota alcanzó vientos máximos de 260 km/h hora. Sigue la misma trayectoria que el huracán Eta, que dejó más de 200 muertos y desaparecidos en América Central. Unos 2,5 millones de personas resultaron afectadas por el paso de Eta, según estimaciones oficiales.
El NHC advirtió horas antes de “fuertes lluvias, inundaciones repentinas y crecidas de ríos que amenazan la vida” a lo largo de partes de Centroamérica, especialmente el noreste de Nicaragua y el este de Honduras.
Honduras, Nicaragua y Guatemala realizan evacuaciones desde la semana pasada, y el meteoro afecta también Panamá.
En tanto, El Salvador declaró alerta roja (crítica) en todo su territorio.
La isla colombiana de Providencia sufrió graves daños por el azote del ciclón, que cobró al menos una vida.
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— Emisora Fusaonline (@Fusaonlineradio) November 16, 2020
A esta hora de registra un fuerte oleaje por el paso del huracán IOTA por el Archipiélago. #SanAndres #providence #providencia #iota #huracan #hurricane #huracaniota pic.twitter.com/Ur8OZiOrEG
“Hay una afectación máxima (...), estamos hablando de un deterioro de cerca del 98% de la infraestructura de la isla”, informó el presidente Iván Duque en Twitter. Una persona fallecida está “por identificar”, dijo.
El hospital de la isla perdió parte de su techo y el archipiélago se encuentra sin servicio de electricidad, según el coronel John Fredy Sepúlveda, comandante de policía del archipiélago que agrupa a varios cayos y a las islas de San Andrés, Santa Catalina y Providencia,
Iota es el huracán número 13 en la actual temporada, particularmente intensa con un número récord de ciclones que obligó a usar el abecedario griego para nombrar a los nuevos fenómenos.
Cerca de Nicaragua
En tierra firme, Bilwi, la ciudad más poblada del Caribe Norte nicaragüense, sintió este lunes fuertes ráfagas de viento, lluvia intermitente y marejadas.
Al momento de que el meteoro impactó en tierra, Bilwi se encontraba a oscuras pues el servicio eléctrico fue suspendido.
Las autoridades debieron evacuar un hospital provisional.
Cientos de indígenas miskitos y afrodescendientes habitantes del barrio El Muelle, en la costa de Bilwi, esperaban asustados la ayuda de las autoridades para evacuar.
“Con el huracán Eta no salimos, pero este es más peligroso”, manifestó Marisol Ingram, habitante de El Muelle, cuya casa de madera quedó dañada por Eta y corre el riesgo de ser arrasada por el nuevo meteoro.
Los albergues en Nicaragua, ya a prueba por las evacuaciones a causa de Eta, se saturaron luego de que el domingo recibieron un nuevo grupo de gente amenazada por Iota, indicó Eufemia Hernández, coordinadora de uno de estos centros en la universidad Uraccan.
La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, puntualizó que más de 40.000 personas fueron evacuadas y reubicadas en 250 albergues y “casas solidarias”, informó el diario La Prensa.
El director del Sistema Nacional de Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred) de Nicaragua, Guillermo González, declaró que se prevén inundaciones y deslaves en el Caribe norte y en los departamentos de Chinandega (oeste), principalmente en los alrededores del volcán Casitas, donde en 1998 el huracán Mitch sepultó a miles de personas tras un derrumbe.
El noreste de Nicaragua, una región extensa y poco poblada, con habitantes de las etnias miskitos, sumos, garífonas, creoles y mestizos, esperaba el impacto de Iota sin haber terminado de asimilar los efectos del huracán Eta.
Prinsila Glaso, una miskita de 80 años, contó que en su comunidad, al sur de Bilwi, “todo está destruido” por el paso de Eta, y ante la inminente llegada de Iota tuvo que dejar el lugar. “No he comido, no sé dónde voy a dormir aquí. Estoy muy triste”, expresó.
El gobierno y organismos de socorro de Nicaragua se apresuraban a enviar por tierra alimentos y otros víveres para socorrer a los damnificados en el Caribe, antes de que la región quede incomunicada por la crecida de los caudalosos ríos que la atraviesan.
Honduras se alista
En Honduras, Iota ya provocaba este lunes rachas de vientos y fuertes lluvias en los departamentos orientales de Gracias a Dios -de población miskita-, Colón, norte de Olancho y parte de Atlántida, según la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco, estatal).
Según medios de prensa locales, más de 175.000 personas habían sido evacuadas desde el sábado, especialmente en zonas inundadas durante el azote de Eta en el valle de Sula, cerca de San Pedro Sula,180 km al norte de Tegucigalpa.
Las evacuaciones preventivas de pobladores se han llevado a cabo en 10 de los 18 departamentos del país, inclusive en barriadas cercanas a ríos en Tegucigalpa, muy vulnerable por los cerros poblados como cinturones de miseria propensos a derrumbes.
Guatemala, en tanto, mantiene la vigilancia en los departamentos de Alta Verapaz, Izabal, Quiché, Huehuetenango, Petén, Zacapa y Chiquimula, en las regiones norte, oeste y este, duramente golpeadas por Eta y aún con decenas de comunidades aisladas por derrumbes e inundaciones, según Yelson Samayoa, director del Instituto de Meteorología.
Ante el doble embate de huracanes, los presidentes de Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica clamaron este lunes por ayuda de la comunidad internacional para reconstruir sus países, durante un encuentro virtual.
El presidente del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), Dante Mossi, presente en la cita, propuso reenfocar $2.500 millones organismo “para restablecer infraestructura, represas y construcción de vivienda social”.