Acapulco. El poderoso huracán Otis dejó incomunicado este miércoles el puerto de Acapulco, en la costa del Pacífico mexicano. Las vías de comunicación están bloqueadas y hay cortes de energía y comunicaciones, lo que dificulta que el gobierno evalúe el alcance de los daños.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se dirige a la ciudad, “vamos a ir ahora, vamos a dejar maquinaria. Trae el ejército maquinaria y vamos a buscar que se reabra (la autopista) lo más pronto posible”, dijo el mandatario a periodistas, que al igual que la comitiva presidencial enfrentan dificultades para llegar al destino, debido a los daños provocados por el ciclón.
El presidente explicó que “actualmente, no tenemos información sobre pérdidas humanas, pero la comunicación está interrumpida (…), hay daños materiales, caminos destruidos; incluso la autopista que lleva a Acapulco tiene deslizamientos”.
El ciclón, que tocó tierra después de la medianoche local con vientos superiores a 250 km/h (categoría 5), se degradó a tormenta tropical y se encontraba a 205 km al noroeste del popular balneario, con vientos de 95 km/h y moviéndose a 17 km/h, según el Centro Nacional de Huracanes estadounidense (NHC).
Imágenes de la avenida Miguel Alemán, la principal de la ciudad, muestran inundaciones, decenas de árboles derribados y mobiliario urbano destrozado, además de un centro comercial gravemente dañado.
Grandes hoteles también sufrieron serios daños, incluso en las habitaciones, según se observa en fotos y videos compartidos en redes sociales.
El presidente López Obrador afirmó que su gobierno está trabajando para restablecer la comunicación en la zona. Mientras tanto, un convoy con ayuda humanitaria, liderado por los ministros de Defensa, Marina, Seguridad y Comunicaciones, partió hacia el puerto por tierra, ya que no es posible llegar por vía aérea.
“Lo prioritario es ayudar a la población afectada; todavía no hemos evaluado los daños debido a la falta de comunicación”, declaró Laura Velázquez, coordinadora nacional de Protección Civil, en una entrevista con la televisora Milenio. La funcionaria insistió en que por ahora no se puede determinar si hay heridos o fallecidos.
“Incluso el sector naval y el sector de la Sedena (Defensa) fueron gravemente afectados”, agregó Velázquez, quien también viaja en el convoy.
El sur de México sigue siendo azotado por “fuertes vientos” e “intensas lluvias”, lo que podría provocar inundaciones urbanas y deslizamientos en tierras altas, según advirtió el NHC.
La empresa eléctrica estatal (CFE) informó que restableció el suministro eléctrico para el 40% de los más de 504.000 usuarios afectados en el estado, la mayoría de ellos en Acapulco.
Videos muestran a turistas que colocaron camas y colchones en las ventanas de los hoteles como medida de protección, mientras que otros se refugiaron en los baños.
A medida que se adentra en la zona montañosa del estado de Guerrero, Otis perderá fuerza y podría disiparse durante la noche de este miércoles.
El ciclón ganó inesperadamente fuerza en pocas horas, ya que a mediodía del martes todavía era una tormenta tropical, tomando por sorpresa a autoridades y residentes de los estados afectados, especialmente Guerrero.
Zona de peligro
En Acapulco, muchos vecinos compraron agua y alimentos a última hora mientras comercios y casas protegían los ventanales cubriéndolos con maderas o con cinta adhesiva en forma de X.
El puerto registra una ocupación hotelera del 50%, dijeron representantes de ese sector. El gobierno habilitó más de 500 albergues para pobladores que viven en zona de riesgo.
Este destino turístico se caracteriza por un accidentado relieve, con zonas planas y al menos tres cerros donde están asentadas numerosas viviendas, vulnerables a potenciales deslaves.
En zonas cercanas a la costa de Guerrero se localizan además numerosas comunidades consideradas de alto riesgo ante desastres por su precariedad y por estar enclavadas en montañas.
El gobierno local suspendió clases y pospuso la presentación de un informe anual de gestión.
El 9 de octubre de 1997, Acapulco fue golpeado por el huracán Paulina, que tocó tierra con categoría 4, dejando más de 200 muertos, uno de los más letales en la historia de México.
Territorio vulnerable
El Servicio Meteorológico de México mantiene en alerta un tramo de casi 500 kilómetros entre Punta Maldonado y Zihuatanejo, en Guerrero.
Debido a sus extensas líneas costeras en el Pacífico y el Atlántico, México es uno de los países más vulnerables al embate de huracanes, enfrentando al menos una decena de fenómenos climatológicos al año, todos con potencial para convertirse en ciclones de gran magnitud.
Norma, que llegó a ser categoría 3, dejó tres muertos el lunes cuando ya se había debilitado a tormenta tropical en el estado de Sinaloa (noroeste). Durante el fin de semana, tocó tierra como huracán en el sur de la península de Baja California, donde solo causó daños materiales.
Hace dos semanas, el huracán Lidia, que alcanzó la categoría 4 con vientos de hasta 249 km/h, dejó al menos dos muertos en los estados occidentales de Jalisco y Nayarit.
En setiembre de 2013, las costas mexicanas vivieron un fenómeno inédito: de manera simultánea, la tormenta tropical Manuel ingresó por el Pacífico y el huracán Ingrid lo hizo por el Golfo de México, dejando un saldo de 157 muertos, la mayoría en Guerrero.