California. Miles de millas de tendidos eléctricos aéreos atraviesan ciudades, campos y bosques en California y solo bastó que un árbol cayera sobre una de esas líneas para desatar un arrasador incendio en el estado más poblado de Estados Unidos, aquejado por una infraestructura frágil y obsoleta.
Los habitantes de California lo saben bien: cada verano los expone a quedarse a oscuras.
Desde que se iza la bandera roja de alerta de incendio, los cortes preventivos privan de electricidad a miles, y a veces millones, de personas.
LEA MÁS: Infierno en el oeste de Canadá y EE. UU. por ola de calor e incendios
En las últimas semanas, a los residentes de Los Ángeles se les ordenó algunas veces también apagar el aire acondicionado y el horno, así como desenchufar los electrodomésticos para evitar la sobrecarga de la red.
Quinta economía mundial, California sufre por lo obsoleto de su infraestructura y algunos operadores de electricidad fueron acusados de privilegiar sus ganancias antes que invertir en la seguridad y modernización de sus redes.
Urgencia
Para reforzar esa seguridad el proveedor privado de electricidad Pacific Gas and Electric (PG&E) anunció su intención de enterrar 16.000 kilómetros de líneas eléctricas en 10 años para así evitar potenciales daños, entre ellos los incendios.
Patti Poppe, presidenta de PG&E, expresó que ese anuncio estaba previsto para dentro de varios meses.
Sin embargo, indicó que fue anticipado porque “no se podía esperar más”, luego de que la empresa fuera cuestionada por el inicio de un nuevo incendio a mediados de julio, el Dixie Fire.
El Dixie Fire fue causado por la mera caída de un árbol en una línea eléctrica, según una investigación preliminar.
LEA MÁS: Gran incendio forestal se expande en EE. UU. y obliga a nuevas evacuaciones
Para peor, el Dixie se desató a solo unas millas donde un cable eléctrico de PG&E inició en el 2018 el más letal incendio de la historia reciente de California: 86 personas murieron y 18.000 edificios quedaron destruidos en la pequeña ciudad de Paradise, que las llamas prácticamente borraron del mapa.
El gobernador del estado, Gavin Newsom, que ya había acusado al operador de "codicia y mala administración", exigió esta semana que PG&E y otros proveedores "rindan cuentas" e inviertan en su estrategia de extinción de incendios.
Infraestructuras ágiles
¿Enterrar los cables eléctricos sería entonces la solución?
Eso permitiría disminuir el riesgo de incendios, haría que menos cables se dañen por los calores extremos y, además, daría a ese operador una oportunidad de modernizar sus equipos, afirmó Mikhail Chester, profesor de ingeniería de la Arizona State University.
Advirtió, sin embargo, que por ahora el cambio climático progresa más rápidamente que el rediseño de la infraestructura.
LEA MÁS: Incendios ‘sin precedentes’ arrasan la costa oeste de Estados Unidos
Si el 2020 fue el peor año de la historia moderna de California en materia de incendios, es muy probable que el 2021 rompa ese récord.
"Para enfrentar al cambio climático, necesitamos hacer que las infraestructuras sean más ágiles y flexibles para poder responder a los cambios tan rápidamente como se producen", subrayó.
El problema va mucho más allá de los incendios forestales de California.
Los huracanes, tornados u otros episodios climáticos extremos aumentan debido al calentamiento global por lo que millones de estadounidenses se verán obligados a aprender a vivir en la oscuridad.