Washington. Los tornados son un fenómeno meteorológico común en Estados Unidos, a veces devastador, cuya formación aún no se puede explicar completamente.
“Estados Unidos suele tener más tornados que cualquier otro lugar del mundo, aunque pueden ocurrir en casi cualquier lugar”, dice el Servicio Nacional de Meteorología del país norteamericano (NWS).
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Los estados de las grandes llanuras como Kansas, Oklahoma e incluso Texas se ven particularmente afectados por este fenómeno.
Cómo se forman
Los científicos aún no conocen completamente el mecanismo detrás de la formación de un tornado, pero éste fascina a una categoría de aficionados apodados “cazadores de tormentas”, dispuestos a arriesgar sus vidas para filmarlos.
“El misterio sigue siendo grande en torno a los tornados. Son raros, fatales y difíciles de predecir”, dice el Laboratorio Nacional de Tormentas Severas de la Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA).
Lo que sí se sabe, sin embargo, es que generalmente son el resultado de las llamadas supercélulas, tormentas que se caracterizan por fuertes corrientes de aire ascendentes, señala la NOAA.
Dentro de la tormenta, un corte vertical del viento provoca la aparición de un cilindro que gira horizontalmente sobre sí mismo. Las corrientes de aire ascendentes elevan el cilindro giratorio dentro de la supercélula.Luego, la columna de aire giratoria se vuelve más delgada, a menudo se extiende en forma de embudo, y gira cada vez más rápido para formar un tornado, detalla NOAA.
“Los tornados crecen extremadamente rápido y pueden disiparse con la misma rapidez”, según el NWS. “La mayoría tocan tierra durante menos de 15 minutos”.
Daños
“Los tornados son las tormentas más violentas de la naturaleza”, señala el NWS.
Por lo tanto, los vientos de un tornado pueden llegar a 500 km/h, con daños en áreas que alcanzan casi dos kilómetros de ancho y alrededor de 80 km de largo. Según la NOAA, más de 50 personas mueren cada año en Estados Unidos por tornados. La primavera boreal del 2011 fue la temporada de tornados más mortífera en Estados Unidos. Entre abril y junio de ese año murieron más de 580 personas.
La factura por daños se elevó entonces a unos $21.000 millones. Una vez que ha pasado un tornado, los científicos evalúan su fuerza observando el daño causado, asociándolo con las ráfagas observadas.
Luego lo clasifican en función de la Escala de Fujita Mejorada, de seis grados - de 0 a 5 -, en la que el 0 representa un daño leve con ráfagas de entre 100 y 135 km/h y 5 un daño “increíble”, con ráfagas superiores a los 320 km/h.
Testimonios
Lo servicios meteorológicos estadounidenses han registrado testimonios de sobrevivientes de tornados como el de William, un residente de Smithville, Misisipi, que padeció una experiencia de este tipo en 2011.
“Estaba viendo las noticias. (El meteorólogo de la estación local) anunció que la tormenta se acercaba a Smithville, y yo estaba de pie viendo la televisión y esperando, diciéndome a mí mismo que eso no iba a suceder”, contó William.
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“Unos 30 segundos más tarde, la corriente saltó y toda la casa tembló por un minuto. Pensé que había terminado y estaba a punto de levantarme cuando el temblor comenzó de nuevo y no se fue. Esta vez no se detuvo. Sentí la caída de presión y cuando el temblor se hizo más fuerte me preocupé. Luego fue como si la casa hubiera explotado. Me desperté una hora y media después en un campo a 400 metros de mi casa, con cortes en el cuerpo y uno profundo en la cabeza”.
Michelle, residente de Skiakook, Oklahoma, experimentó un tornado en su ciudad en 1991.
“Los ruidos que escuché cuando golpeó el tornado eran indescriptibles”, dijo. “Recuerdo haber oído los clavos de las tablas chirriar (...). Cuando todo terminó, el tornado que azotó nuestra ciudad fue evaluado como F -4. Arrasó varias casas de ladrillo en este barrio (...). Tengo artritis reumatoide, por lo que la extrema baja presión me incapacitó temporalmente. No podía caminar”.