Puerto Lempira, Honduras. Indígenas misquitos del Caribe hondureño enterraban desde la madrugada de este viernes a sus 27 parientes que murieron en el naufragio de una embarcación sobrecargada de pescadores de langostas, mientras continúa la búsqueda de seis desaparecidos.
“Todo este pueblo está con este dolor”, dijo Ruiz Emanuel Antonio Maden, de 33 años, tras sepultar a su primo Malbe Baca Maspin en Prumitara, una comunidad de covachas de madera y cinc carentes de electricidad y agua potable, a la orilla de la laguna de Caratasca, en el departamento de Gracias a Dios.
Un total de 25 cuerpos habían sido entregados hasta la mañana de este viernes a sus familiares, que se apresuraron a llevarlos a sus comunidades para sepultarlos, dado su estado de descomposición.
Dos cadáveres no habían sido identificados hasta este viernes, informaron miembros del equipo de Medicina Forense que practica la autopsias.
“En la madrugada enterramos a mi tío, Frank Samuel Maden”, lamentó un joven que se identificó como Antonio. “Aquí el único trabajo que hay es en el mar”, expresó.
Según testimonios de sobrevivientes, el barco Waly, de 70 toneladas, partió el lunes de Puerto Lempira, cabecera de Gracias a Dios, al mando del capitán Astin Haylock.
Nave sobrecargada
La embarcación partió con unos 60 pescadores y lancheros, pero en la ruta se subieron otros, totalizando cerca de 90 personas.
La madrugada del martes, cada pescador subió a una lancha con un tripulante y se distribuyeron en alta mar para sumergirse en las profundidades. Entre todos lograron capturar una pequeña cantidad de langostas, cerca de unos 90 kg, por debajo de sus expectativas.
El miércoles de madrugada, Haylock fondeó el barco y, después de unos 20 minutos, la nave comenzó a irse de lado hasta que volcó.
El mar estaba “tranquilo, no había ni olas”, contó el superviviente Anderson Flores.
Los viajeros que dormían en camarotes dentro del casco y la cabina perecieron de inmediato, incluyendo al capitán.
Los que iban en la cubierta quedaron flotando en el agua, algunos de ellos cortaron con cuchillos los lazos de amarre de tres lanchas y se subieron a ellas hasta que los rescataron.
Según el portavoz de las Fuerzas Armadas, capitán de navío José Domingo Meza, fueron recuperados 27 cuerpos y 55 sobrevivientes. El oficial manifestó este viernes que seguían buscando a seis desaparecidos.
Pocas horas antes del incidente otra embarcación había zozobrado, pero sus 49 ocupantes fueron rescatados por una nave que estaba cerca.
Las víctimas del Waly fueron trasladadas desde la zona del naufragio hasta la barra de Caratasca, donde nueve expertos de Medicina Forense improvisaron una morgue en un hangar de la Fuerza Naval para identificar los cuerpos y entregarlos en ataúdes a los familiares.
El presidente Juan Orlando Hernández ordenó una investigación de las causas del naufragio, cuya hipótesis principal es la sobrecarga.
"He girado instrucciones para que se realicen las instigaciones pertinentes para identificar las causas de esta tragedia", indicó el gobernante.
Gracias a Dios es el segundo departamento más extenso de Honduras, con 16.630 km² y una población cercana a los 100.000 habitantes, la inmensa mayoría indígenas misquitos, que viven en condiciones de gran pobreza.
La zona caribeña de la Mosquitia, accesible solo por vías marítima y aérea, y frente a cuyas costas ocurrió el hundimiento, está catalogada como santuario de los capos que trafican cocaína de Suramérica al mercado estadounidense, a través de pistas aéreas construidas en zona despobladas y en embarcaderos clandestinos.