Puerto Príncipe. El número de muertos por el poderoso terremoto de Haití se disparó a casi 1.300 el domingo, mientras cuadrillas excavaban desesperadamente en edificios derrumbados en busca de sobrevivientes.
“La cantidad de personas muertas por el terremoto subió a 1.297 el 15 de agosto”, dijo la Agencia de Protección Civil del país caribeño, el servicio que poco antes había reportado 724 decesos. La institución ambién aumentó la cantidad de heridos de 2.800 a 5.700.
Tras una angustiosa noche de réplicas, máquinas pesadas, camiones y retroexcavadoras se dedicaron a trasladar losas de cemento de los edificios derrumbados en la localidad de Los Cayos, cerca del epicentro del terremoto.
Mientras tanto, instalados en bancos, sillas o tendidos en el piso sobre sábanas, los heridos del terremoto que asoló el suroeste de Haití el sábado se agolpan en el servicio de emergencias del hospital de Cayes.
La cifra de decesos aumentó en un 80% en el transcurso del domingo. El balance anterior suministrado por la Agencia de Protección Civil del país caribeño daba cuenta de 724 víctimas mortales.
Las horas pasan y los heridos siguen llegando a los centros médicos, en un país que aún no se recupera del arrasador sismo del 2010.
“En el momento del terremoto, éramos sólo tres médicos en el servicio”, relató el doctor Michelet Paurus.
“Esta mañana está mejorando porque hemos recibido ortopedistas, cirujanos y también 42 residentes que están distribuidos en todos los hospitales del departamento”, explicó el médico de urgencias.
Rudolphe Steven Jacques, un doctor de 26 años, es uno de los profesionales de la salud que arribó desde la capital, Puerto Príncipe.
“La falta de material es crónica, depende de las llegadas. Mira, esta mujer lleva un tiempo esperando que le haga una sutura pero no tengo bandeja para eso en este momento” lamentó el joven practicante, mostrando una gran herida en la pierna de una paciente sentada en un rincón.
Rescatados de los escombros
Inmediatamente después del violento terremoto de magnitud 7,2, los hospitales de la tercera ciudad del país se saturaron ante la masiva afluencia de heridos.
De la casa de dos plantas de Marcel François, en Cayes, solo quedan ruinas.
“Es por gracia de Dios y también gracias a mi teléfono que estoy vivo, porque pude avisar a la gente de fuera dónde me encontraba”, dijo a la AFP el joven de 30 años.
Su hermano menor, Job, y los vecinos, pasaron más de tres horas sacándolo de los escombros sin más herramientas que sus brazos.
“Iba en el autobús al trabajo cuando ocurrió el terremoto. Pude localizar a Marcel por teléfono, pero me dijo ‘ven a salvarme, estoy bajo el cemento’”, contó Job François.
Tras ser rescatado de entre los bloques de hormigón y los muebles rotos, con heridas en la cabeza, Marcel François fue trasladado inmediatamente al hospital en estado de shock.
“Pensé que mi hija estaba muerta. Cuando llegué al hospital estaba llorando, resignado”, recordó, conmovido, este haitiano de 30 años.
Gracias al trabajo en equipo de los residentes y de su tío, la pequeña Ruth Marlee Alliyah François fue sacada de la casa cuatro horas después del terremoto.
Venel Sénat, un corpulento cuadragenario, tuvo que visitar varios hospitales, hasta que encontró un centro en el que lo atendieron.
“Una vibración me hizo volar por el aire y aterrizar sobre mi brazo. Los vecinos vinieron a ayudarme a tomar un taxi. Pasé por varios hospitales, pero estaban sobrecargados”, recordó
“Esta mañana vine aquí y finalmente me atendieron. Me hicieron una radiografía gratuita y me colocaron este yeso, también gratis”, añadió, aliviado, mostrando su brazo derecho en cabestrillo.
Residente en Les Cayes, con su casa completamente destruida, Sénat esperaba en el patio del hospital a que uno de los medicamentos que le recetaron esté disponible en la farmacia del establecimiento, ya que las farmacias ubicadas en el centro de la ciudad permanecen cerradas.
Riesgo de aguaceros torrenciales
Ya tratados pero bajo observación, muchos heridos se instalan en el césped alrededor de los edificios.
Todavía temen volver a sus viviendas, traumatizados por las frecuentes réplicas.
“La gente tiene miedo de ir a casa, pero esta noche va a llover”, explicó el doctor Paurus, mientras circulaba rápidamente entre los diferentes departamentos.
“Intentaremos acomodarlos en esa habitación porque el techo es de hojalata. Para los niños de la sala de pediatría intentaremos instalar carpas en el patio”, agregó.
La población de Les Cayes teme ahora los aguaceros torrenciales y los vientos violentos que podría acarrear la tormenta tropical Grace, la cual se espera que afecte la zona en las próximas horas.
“Si llueve tanto como prevemos, realmente no sabemos qué vamos a hacer”, lamentó el doctor Paurus.
Ayuda debe atravesar territorios de bandas armadas
El Ministerio de Salud haitiano envió durante el fin de semana personal y medicinas a la península del sureste del país, la región más afectada por el sismo, pero el arribo está condicionado por la inseguridad.
El único camino que une a la capital con la zona sur del país pasa por Martissant, un área controlada desde junio por bandas armadas que bloquean el libre tránsito.
“Todos sabemos que tenemos un problema en Martissant”, admitió Henry a la prensa la noche del sábado.
“Decidimos (...) que toda la ayuda pueda pasar” por las áreas afectadas, agregó. Según dijo, la policía y el ejército fueron movilizados para hacer cumplir tal disposición.
Naciones Unidas “está trabajando para apoyar las labores de rescate y socorro” en Haití, dijo su secretario general, Antonio Guterres.
El papa Francisco expresó su “solidaridad” y exhortó a la comunidad internacional a que se una en apoyo para la nación caribeña.
República Dominicana, que comparte con Haití la isla La Española, anunció el envío de 10.000 raciones de comida, equipamiento médico y material para prevenir la covid-19.
El presidente estadounidense, Joe Biden, aprobó ayuda “inmediata” para el país caribeño.
México, Perú, Argentina, Chile y Venezuela también ofrecieron asistencia para Haití, así como Ecuador, que prepara el envío de 34 efectivos del Cuerpo de Bomberos de Quito para tareas de búsqueda y rescate urbano.
Madrid también tendió su mano.
“Contáis con el apoyo de España para salir adelante tras este terrible suceso”, dijo a los haitianos el presidente del gobierno, Pedro Sánchez.
Los 253 médicos cubanos desplegados en Haití se desplazaron para atender heridos y adecuar un hospital de Puerto Príncipe, hasta ahora utilizado para enfermos de la covid-19, informó el jefe de esa brigada en la televisión cubana.
La tenista japonesa Naomi Osaka, cuyo padre es haitiano, ofrecerá la totalidad de lo que recibirá en un próximo torneo a las víctimas del sismo. “Esta devastación duele mucho”, escribió la deportista en Twitter.