Ankara. Trece días después del terremoto en el que murieron más de 40.000 personas en Turquía y Siria, los socorristas encontraron este sábado a más personas vivas entre los escombros, aunque una de ellas, un niño de 12 años, falleció poco después.
La agencia estatal de noticias Anadolu compartió imágenes de rescatistas colocando a un hombre y una mujer en camillas después de que ellos y un niño pasaran 296 horas enterrados bajo los escombros en la misma ciudad.
El ministro de Salud turco, Fahrettin Koca, compartió un video de la mujer de 40 años en un hospital de campaña recibiendo tratamiento. “Está consciente”, tuiteó.
HATAY’DAN 296’INCI SAAT HABERİ
— Dr. Fahrettin Koca (@drfahrettinkoca) February 18, 2023
Enkaz altından 296’ıncı saatte, yeni kurtarılan 40 yaşlarındaki depremzede kadın hastamızın bilinci açık. Sahra Hastanemizde ilk tıbbi müdahalesi yapılıyor. pic.twitter.com/Cp4GLJO1UX
En las últimas horas también se logró rescatar en vida de debajo de los escombros a un hombre de 45 años y a tres personas más, incluido un niño.
También falleció el exfutbolista internacional de Ghana Christian Atsu. Su mánager confirmó el sábado que su cuerpo fue encontrado debajo de un edificio derrumbado en Antakya.
El vicepresidente turco Fuat Oktay precisó el viernes que los esfuerzos de rescate continúan en menos de 200 sitios, mientras los socorristas compiten contra el tiempo para encontrar más personas vivas en un clima helado.
La cifra de sobrevivientes disminuyó a solo un puñado en los últimos días y, aunque se reciben con aplausos y alivio, en los últimos días, la reacción es más sombría.
Más de 43.000 personas murieron después del terremoto de magnitud 7,8 que sacudió el sureste de Turquía y el norte de Siria, el desastre natural más mortífero de la región en siglos.
Erdogan bajo ataque
El terremoto, ocurrido en una de las zonas sísmicas más activas del mundo, golpeó áreas pobladas, donde muchos estaban dormidos, en casas que no habían sido construidas para resistir tan poderosas vibraciones del suelo.
Funcionarios y médicos dijeron que 39.672 personas habían muerto en Turquía y 3.688 en Siria desde el terremoto del 6 de febrero, con lo que el total confirmado asciende a 43.360 víctimas.
El presidente turco Recep Tayyip Erdogan recibió críticas por la lenta respuesta a la catástrofe y por el hecho de que se permita construir edificios de mala calidad.
Los funcionarios habían prometido, tras un terremoto en 1999 que se cobró más de 17.000 vidas en el noroeste de Turquía, que se reforzarían las normas de construcción.
El edificio donde murió el futbolista Atsu, un bloque de apartamentos de lujo de 12 plantas, fue construido en 2013 cuando Turquía tenía normas más estrictas sobre la construcción.
Pero, para la sorpresa e indignación de muchos, el bloque de desmoronó. La policía turca arrestó al contratista después de que intentara huir del país, informó Anadolu la semana pasada.
Los oficiales detuvieron a docenas de contratistas mientras el gobierno promete tomar medidas enérgicas contra las normas de construcción laxas.
Más de 84.000 edificios se derrumbaron, necesitan ser demolidos urgentemente o resultaron gravemente dañados por el sismo, indicó el viernes el ministro turco del Medio Ambiente, Murat Kurum.
Una de las zonas más afectadas fue Antakya, una antigua encrucijada de civilizaciones.