Tafeghaghte. El terremoto en Marruecos provocó 2.012 muertos y 2.059 heridos, de los que 1.404 se encuentran en estado muy grave, según un nuevo balance publicado el sábado por la noche por el Ministerio de Interior.
Un total de 1.293 personas murieron en la provincia de Al Hauz y 452 en la de Tarudant, ambas situadas al sur de Marrakech, dijo el ministerio en un comunicado.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) informó que el movimiento telúrico tuvo una magnitud de 6,8 y ocurrió a una profundidad de 18,5 kilómetros, con el epicentro a 71 kilómetros al suroeste de Marrakech a las 11:11 hora local (22:11 GMT).
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Por su parte, el Centro Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas marroquí (CNRST) reportó una magnitud de 7.
En el balance anterior, con 1.037 fallecidos, la mayoría de ellos se registraron en Al Hauz, la provincia epicentro del sismo.
Las autoridades declararon tres días de luto nacional el sábado por la tarde, después del terremoto más poderoso registrado en este país del norte de África, según informó la prensa marroquí.
“Tumbas cavadas”
El pueblo de Tafeghaghte, situado a unos 60 kilómetros al suroeste de Marrakech, quedó prácticamente destruido en su totalidad, según pudo constatar un equipo de esta agencia.
Pocos edificios siguen en pie en esta localidad, que se encuentra a apenas 50 kilómetros del epicentro del sismo. El ejército continuaba en la zona en busca de supervivientes entre los escombros.
Omar Benhanna, de 72 años, un habitante de Tafeghaghte, lamentó la pérdida de tres de sus nietos (de 12, 8 y 4 años) y su madre, todos sepultados bajo los escombros.
En el pueblo de Moulay Brahim, en Al Hauz, los equipos de rescate también trabajaban el sábado en busca de supervivientes entre los escombros.
Cerca de allí, los vecinos ya estaban cavando fosas en una colina para enterrar a las víctimas, según constató un equipo de esta agencia presente en el lugar.
Por su parte, el ejército marroquí desplegó “importantes recursos humanos y logísticos, tanto aéreos como terrestres”, como equipos de búsqueda y rescate, así como un hospital de campaña en Al Hauz, informó la agencia de noticias estatal MAP.
En Marrakech, los marroquíes inspeccionaron, visiblemente aturdidos, los daños en sus casas entre montones de escombros, polvo y coches aplastados por las piedras.
La sacudida se sintió incluso hasta la capital, Rabat, a cientos de kilómetros de distancia, así como en ciudades costeras como Casablanca o Esauira, e incluso en el país vecino de Argelia, donde las autoridades descartaron daños o víctimas.
La presidencia argelina anunció la apertura de su espacio aéreo el sábado por la tarde, cerrado con Marruecos desde hace dos años, para los aviones que transportan ayuda humanitaria para las víctimas del sismo.
La Cruz Roja Internacional alertó que Marruecos podría necesitar “meses e incluso años” de ayuda para reconstruir las zonas afectadas.
“Entramos en pánico”
Videos grabados en Marrakech muestran a los habitantes saliendo precipitadamente de los edificios en medio de la sacudida, escombros desprendiéndose de los inmuebles hacia estrechos callejones y vehículos cubiertos de piedras.
En uno de ellos se observa un minarete de una mezquita que colapsó en la famosa plaza Yamaa el Fna, el corazón de Marrakech, causando heridas a dos personas.
Un corresponsal de esta agencia presenció a cientos de personas congregadas en esta emblemática plaza, decidiendo pasar allí la noche debido al temor a las réplicas. Algunos utilizaron mantas mientras que otros durmieron directamente en el suelo.
Mimi Theobald, una turista inglesa de 25 años, estaba con unas amigas a punto de disfrutar del postre en la terraza de un restaurante cuando las mesas empezaron a temblar y los platos a volar. “Entramos en pánico”, dijo.
“Gritos y llantos”
Fayssal Badour, de 58 años, conducía de regreso a su casa cuando sintió el temblor. “Me detuve y me di cuenta de la catástrofe. Era muy grave (...) Los gritos y los llantos eran insoportables”, relató.
El papa Francisco expresó “su profunda solidaridad por las víctimas” en un mensaje enviado por el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin.
El rey de España, Felipe VI, envió un mensaje a su “querido hermano” el rey Mohamed VI, manifestando su desolación al recibir la noticia del violento terremoto.
Varios países, entre ellos España, Reino Unido, Italia, Israel y Estados Unidos, ofrecieron apoyo a Marruecos en las labores de rescate.
Francia, que cuenta con una numerosa población de origen marroquí, expresó su “solidaridad” y su presidente, Emmanuel Macron, se mostró “conmovido” y aseguró que su país “está preparado para movilizar los medios necesarios” para ayudar al país devastado.
Los presidentes de Rusia, Vladimir Putin; de Ucrania, Volodomir Zelenski; de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y de China, Xi Jinping, también expresaron sus condolencias y solidaridad. La Unión Africana manifestó su “gran dolor” por la tragedia.
El reino alauí experimenta terremotos con frecuencia en su región septentrional debido a su ubicación entre las placas africana y euroasiática.
En 2004, al menos 628 personas perdieron la vida y 926 resultaron heridas cuando un terremoto golpeó Alhucemas, al noreste del país.