Rio Grande do Sul. La catástrofe climática provocada por intensas lluvias en el sur de Brasil se agravó este viernes con un saldo de al menos 37 fallecidos y 74 personas desaparecidas, mientras que el avance de las aguas representa una amenaza sin precedentes para la capital de Rio Grande do Sul, según alertaron las autoridades.
Las brigadas de rescate están intentando llegar a numerosos municipios aislados, los cuales carecen de comunicaciones y tienen sus carreteras bloqueadas, además de sufrir cortes en el suministro eléctrico y de agua.
El volumen excepcional de los ríos incrementó las alertas en el estado debido a posibles rupturas de presas que podrían empeorar aún más la magnitud del desastre.
En Porto Alegre, capital de Rio Grande do Sul, el gobernador Eduardo Leite afirmó que la situación “será sin precedentes”. “Olvide todo lo que ya vio (…) en la región metropolitana va a ser mucho peor”, advirtió.
El rápido aumento del nivel del río Guaíba en las últimas horas podría inundar vastas áreas de una de las mayores urbes del sur de Brasil, que cuenta con una población de 1,5 millones de habitantes.
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El nivel actual del río, estimado entre 4,20 y 4,60 metros, “es histórico” y se espera que supere los 5 metros en la tarde, según Leite. Un desbordamiento podría ocasionar la mayor inundación en la historia de la ciudad, superando el récord registrado en 1941, según las autoridades.
Esta agencia constató que algunas calles del centro histórico estaban inundadas este viernes.
El ‘peor desastre’
Las imágenes aéreas del estado muestran extensas superficies completamente inundadas, con ríos arrastrando puentes y carreteras, así como operaciones de rescate de personas en techos mediante helicópteros, lo que refleja el “peor desastre” en la historia del estado, según Leite.
Debido a las crecidas en el estado, al menos cuatro represas se encuentran “en situación de emergencia, con riesgo de rompimiento”, informó el gobierno.
“Soy de aquí y me siento muy apenada por todos los que viven aquí (…), siento dolor en el corazón”, expresó a esta agencia Maria Luiza, una residente de 51 años, en Sao Sebastiao do Caí, ubicada a unos 70 km de Porto Alegre.
En Capela de Santana, al norte de la capital estatal, Raul Metzel explicó que sus vecinos tuvieron que abandonar su ganado. “No se sabe si el agua seguirá subiendo o qué pasará con los animales, pronto pueden ahogarse”, comentó.
En medio de la tragedia, también se registran escenas de esperanza, como el rescate en helicóptero de cuatro mujeres embarazadas en la localidad de Agudo, quienes fueron trasladadas a un hospital.
Más de 23.000 desalojados
El balance oficial reporta un total de 37 fallecidos, 74 personas desaparecidas y otros 74 heridos, según información proporcionada por Defensa Civil.
El fenómeno climático, caracterizado por intensas lluvias, vendavales y granizo, impactó a más de 351.000 habitantes, provocando el desalojo de aproximadamente 23.600 personas en 235 municipios.
Sin embargo, es importante destacar que estas cifras son preliminares, ya que la extensión de las aguas que cubren vastas áreas dificulta la evaluación completa del desastre.
El jueves, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva se trasladó a Rio Grande do Sul, donde aseguró que “no faltarán recursos” para hacer frente a la crisis.
El gobierno desplegó un total de 9 aeronaves, más de 900 efectivos y decenas de botes salvavidas, junto con otros equipos y recursos, para brindar asistencia y apoyo en la zona afectada.
‘Altísima severidad’
Las lluvias persistentes están dificultando considerablemente las labores de rescate.
Según el pronóstico, se esperan lluvias de “altísima severidad” hasta el domingo, lo que incrementará el caudal de los ríos y podría provocar importantes deslizamientos de tierra, como explicó el teniente coronel de Defensa Civil Darci Bugs en un video informativo.
Además, se emitió una alerta sobre el potencial desbordamiento del río Uruguay.
Las intensas precipitaciones también están afectando al estado sureño de Santa Catarina, que se encuentra en estado de alerta.
Es importante destacar que esta no es la primera catástrofe que afecta a Rio Grande do Sul en un corto período de tiempo. En septiembre pasado, un ciclón dejó un saldo de al menos 31 fallecidos en la región.
‘Esto no es normal’
Entre las tragedias más recientes en Brasil se encuentra el devastador temporal que azotó Petrópolis en febrero de 2022, dejando un saldo de 241 personas fallecidas en esta zona montañosa al norte de Río de Janeiro.
El Observatorio del Clima, una red de entidades ambientalistas brasileñas, señaló en un comunicado que las lluvias extremas en América del Sur, que abarcan toda la cuenca del Plata, son una previsión recurrente en los modelos climáticos desde hace décadas, pero lamentablemente fue ignorada por los gobiernos.
Según los expertos, el calentamiento global está exacerbando tanto la intensidad como la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos que golpean a Brasil. Esta situación se ve agravada por el fenómeno climático de El Niño.
El jueves, datos oficiales revelaron un récord de incendios forestales registrados de enero a abril, superando los 17.000 identificados, con más de la mitad de ellos ocurriendo en la Amazonía. El gobierno brasileño ha atribuido este fenómeno, al menos en parte, a los efectos del cambio climático.
“El ser humano debe estar haciendo algo diferente”, expresó Raul Jr., hijo de Metzel, de 24 años, en Capela de Santana. “El planeta nos está castigando. Puede ser la contaminación... algo está sucediendo, porque esto no es normal”.