Washington. Los escépticos del cambio climático utilizan como chivo expiatorio una técnica de modificación del clima conocida como “siembra de nubes” para negar el papel del calentamiento global en las inundaciones históricas que devastaron recientemente zonas de países como Brasil, Kenia o Emiratos Árabes.
Según los expertos, las precipitaciones récord generadas este año por el fenómeno meteorológico de El Niño en algunas regiones corresponden con un aumento esperado de los episodios climáticos extremos.
En internet, sin embargo, se difunde erróneamente que la culpa es de la geoingeniería y no de las emisiones de carbono.
“El aeropuerto de Dubái parece sacado de una película apocalíptica. Los videos de las inundaciones son impactantes”, declaró en abril el comentarista conservador estadounidense Robby Starbuck a sus más de 460.000 seguidores en la red social X, tras las fuertes lluvias en la ciudad emiratí.
“He visto a algunos culpar al cambio climático cuando en realidad la causa es el uso de técnicas de modificación del clima. La siembra de nubes, en la que se rocían productos químicos en el cielo para crear lluvia, causó esto”, afirmó.
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Afirmaciones similares surgieron tras cada gran inundación registrada este año en otras naciones.
“No estoy de acuerdo con que se esté llevando a cabo siembra de nubes en nuestro planeta por todas partes, ¿y tú?”, era uno de los mensajes compartidos por usuarios en X a finales de mayo, culpando además de las lluvias a una “crisis climática provocada por el hombre”.
La siembra de nubes, que introduce diminutas partículas en el cielo para inducir la lluvia en áreas específicas, ganó popularidad mundialmente como método para combatir la sequía y aumentar las reservas de agua.
Sin embargo, los científicos aseguran que esta técnica no puede reproducir las condiciones meteorológicas ni los niveles de precipitación observados recientemente en países como Alemania o Estados Unidos.
“Debido a la gran variabilidad natural de las nubes, hay escasa evidencia científica de que su siembra tenga un efecto medible sobre las precipitaciones”, indicó Andrea Flossmann, copresidenta de un equipo de expertos en modificación climática de la Organización Meteorológica Mundial.
En lo que sí coinciden los expertos es que el cambio climático duplicó la probabilidad de inundaciones como las que en mayo azotaron el sur de Brasil, exacerbando las intensas lluvias provocadas por El Niño.
“Definitivamente hay consenso en que el cambio climático es responsable de muchos de estos fenómenos meteorológicos extremos”, explicó Mariana Madruga de Brito, científica brasileña de Rio Grande do Sul, el estado que sufrió la crisis histórica.
Madruga de Brito dijo a esta agencia que poco después de las inundaciones, la gente publicó fotos de nubes en las redes sociales, afirmando que fueron “fabricadas” y cuestionando a las instituciones científicas.
Pero insistió en que la siembra de nubes “no puede estar causando eventos de esta magnitud”.
Negacionismo climático
Di Yang, profesor adjunto de la Universidad de Wyoming en Estados Unidos, ha afirmado que investigaciones exhaustivas realizadas durante varias décadas no demostraron “ningún impacto definitivo a gran escala o a largo plazo de la siembra de nubes”.
A pesar de esto, esta técnica se convirtió en un objetivo recurrente para los escépticos del cambio climático. La unidad de verificación de esta agencia desmintió múltiples afirmaciones falsas que alegan una manipulación meteorológica.
Callum Hood, jefe de investigación del Centro para Contrarrestar el Odio Digital, expresó que a medida que los fenómenos climáticos severos se vuelven más frecuentes, “los negacionistas del clima hacen mayores esfuerzos para afirmar que no tienen nada que ver con el cambio climático”.
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“Esto se observa cada verano”, consideró a esta agencia.
Lincoln Muniz Alves, del Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil, señaló que la difusión de narrativas falsas no solo obstaculiza la comunicación eficaz durante las crisis ambientales, sino que también “refuerza las opiniones de quienes niegan la realidad del cambio climático”.
Aunque los métodos de modificación climática son controvertidos en la comunidad científica, debido en parte a las posibles consecuencias no deseadas como el aumento de la lluvia y la contaminación, los expertos sostienen que esa cautela no debe desacreditar la realidad de la crisis actual.
“Durante más de un siglo, la humanidad ha estado emitiendo gases de efecto invernadero que han calentado el planeta y aumentado la probabilidad de lluvias torrenciales en muchas regiones del mundo”, explicó Edward Gryspeerdt, investigador del Instituto Grantham del Imperial College de Londres.
“Ya estamos manipulando el clima a una escala global mucho mayor de lo que sería posible mediante la siembra de nubes”, precisó.