El senador demócrata John Kerry realizó ayer un frenético recorrido por cuatro estados decisivos, en un esfuerzo por ganar el respaldo de los votantes indecisos y movilizar apoyo para vencer al presidente George W. Bush en las urnas.
El largo día de la campaña electoral de Kerry comenzó en la iglesia St. John en Orlando, en el centro del estado de Florida, donde el político de religión católica conmemoró el Día de Todos los Santos y terminó 21 horas más tarde en La Crosse, estado de Wisconsin.
En una concentración en el aeropuerto antes de dejar Florida, donde se decidió la disputada elección presidencial del 2000, Kerry instó a los estadounidenses a ir hoy a las urnas, especialmente a los miles de votantes recién registrados.
“Este no es el día ni el momento para un discurso largo. Ustedes saben por qué están aquí y saben lo que tenemos que hacer”. Agregó que los votantes enfrentan cuatro años más de las mismas políticas fallidas o un nuevo comienzo.
Futuro en juego
“Esta es la opción. Este es el momento de responsabilidad para Estados Unidos. Es un momento en que el mundo está mirando lo que ustedes van a hacer. Todas las esperanzas y sueños de nuestro país están en juego”, dijo Kerry.
En su último intento por lograr votos, Kerry recorrió Ohio e hizo una rápida escala en Michigan, con una concentración en Detroit.
Su objetivo es lograr vital cobertura de periódicos y televisión en los estados donde enfrenta una encarnizada batalla con Bush.
El asesor de la campaña de Kerry, Mike McCurry, dijo confiar en la victoria por “la valoración de muchas cosas, los sondeos públicos, las encuestas internas, los reportes que recibimos de nuestros directores estatales en el terreno y su valoración de la asistencia y esfuerzos de movilización”.