¿Dios nació mujer?

Autor de una serie de libros sobre temas relacionados con la Iglesia Católica que han causado una particular polémica en América Latina, Pepe Rodríguez está convencido que de acuerdo con la evolución del mundo, en los próximos 100 años "retornará a la tierra la divinidad del Dios mujer".

"Todos mis libros son clandestinos en Chile, único país latinoamericano donde no se venden abiertamente por presiones de distribuidoras dominadas por el Opus Dei", afirmó el autor al referirse a los "éxitos de ventas" que han tenido en América Latina tanto sus Mentiras Fundamentales de la Iglesia Católica (1997) como La vida sexual del clero (1995).

Las polémicas desatadas antaño por estas obras tanto en Colombia como en otros países latinoamericanos no surgieron en España, donde el propio autor señala que se ha optado más bien por "crear un vacío", evitándose el debate público.

Lanzado esta semana a nivel mundial, el libro Dios nació mujer intenta demostrar con una serie de investigaciones históricas, científicas, académicas, antropológicas e, incluso con fotos, que el primer Dios de los hombres fue mujer.

"Las pruebas arqueológicas evidencian Ðseñala el libroÐ que el primer Dios generador-controlador fue concebido y reconocido como mujer durante 25.000 años y que no hubo más divinidad que la Gran Diosa hasta que por necesidades socioeconómicas apareció el concepto de Dios varón, entre el VI y el III milenios A.C.", afirmó Rodríguez.

"El concepto de Dios es universal. En el pasado nacieron mitos y conceptos masculinos de Dios, pero Dios jamás ha sido masculino", explica Rodríguez al indicar que "la figura divina siempre ha sido una mujer".

El investigador no tiene dudas al afirmar que "Dios no existía hace 3.000 años" y que su concepto tomó vida y forma al tiempo que los "humanos desarrollamos el pensamiento lógico-verbal".

Al justificar sus investigaciones, Rodríguez dice que la mujer y el concepto de Dios han sido fundamentales para el progreso de la sociedad humana, pero la historia de ambos "difiere mucho de los que nos han contado".

"Ningún Dios varón, por muy Dios Padre que se haya erigido, ha tenido ni tendrá jamás la capacidad de integración y de evocación mítica de la Diosa", prosigue, antes de reconocer que en medio de la noche de los tiempos "la Diosa partenogenética que lo generaba todo desde su propio cuerpo pasó a la historia", desplazada por un "Dios varón usurpador" que fraguó una desigualdad entre los sexo que ha perdurado hasta hoy.