Nueva York. Más de seis años después del fin de la política de separación de familias migrantes de la administración de Donald Trump, en su mayoría centroamericanas, unas 1.300 todavía no han sido reunificadas.
El documental “Separated” (Separados), del director Errol Morris, estrenado en el Festival de Venecia y candidato potencial a los Óscar, analiza la política de “tolerancia cero” con la inmigración durante el primer mandato de Donald Trump (2017-2021) en Estados Unidos.
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Entre 2017 y junio de 2018, Trump utilizó la separación en la frontera con México como estrategia para disuadir a los inmigrantes que intentaban ingresar ilegalmente a Estados Unidos. La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) calcula que más de 5.500 familias fueron afectadas.
El periodista Jacob Soboroff publicó en 2020 el bestseller “Separated: Inside an American Tragedy” (Separados, dentro de una tragedia estadounidense), donde califica la política como “extremadamente cruel”. Este libro sirvió como base para el documental de Morris.
Según el Departamento de Seguridad Interior, aún hay 1.300 familias sin reunificar.
En algunos casos, se perdió el rastro de los progenitores deportados. En otros, los registros deliberadamente poco detallados y la corta edad de los niños afectados complicaron el proceso, ya que muchos solo sabían referirse a sus padres como “mamá” o “papá”.
A esto se suma el miedo de los inmigrantes indocumentados a contactar con las autoridades, según recuerda Soboroff.
Con el regreso de Trump a la Casa Blanca el 20 de enero, Soboroff anima a las familias afectadas a contactar a las autoridades cuanto antes.
La administración de Joe Biden creó un grupo de trabajo para la reunificación familiar y habilitó la página Juntos.gov para quienes necesiten ayuda.
Tras una decisión judicial, las separaciones familiares quedaron prohibidas en diciembre de 2023. Sin embargo, Trump regresa a la presidencia con la promesa de realizar “deportaciones masivas” de indocumentados.
Indocumentados a gran escala
Más de 11 millones de indocumentados residen y trabajan en Estados Unidos desde hace un promedio de 15 años. Contribuyen con impuestos y tienen hijos que son ciudadanos estadounidenses, cuyo idioma principal es el inglés.
Millones más son beneficiarios de programas humanitarios (parole) y de protección temporal (TPS) para venezolanos, haitianos, cubanos y nicaragüenses.
Aunque las autoridades han dejado de separar familias en la frontera, Soboroff advierte que “estarán alejando a padres de sus hijos en los hogares, escuelas y trabajos”.
El periodista teme que las nuevas políticas sean “de mayor magnitud” que las de 1954, cuando el gobierno de Dwight Eisenhower deportó a un millón de mexicanos que llegaron como parte del programa de trabajo Braceros.
“Será una separación familiar a gran escala. No están ocultando lo que planean hacer”, señala Soboroff, corresponsal de NBC News y MSNBC, cuyo documental explora esta problemática a través de entrevistas, recreaciones y testimonios.
También pone de relieve a los funcionarios que se opusieron a estas medidas, como Jonathan White, exdirector adjunto de Programas para la Infancia en la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR). “La separación era el propósito; el enjuiciamiento era la herramienta”, explica White, quien luchó para reducir el sufrimiento de los niños.