Washington
El presidente Donald Trump dio este viernes una nueva vuelta de tuerca a la tensión política en Estados Unidos al advertir a James Comey, exdirector del FBI, de no hacer revelaciones a la prensa sobre su confuso y sorpresivo despido.
Trump protagonizó en la mañana del viernes una nueva andanada de mensajes en la red Twitter donde amenazó con cancelar las conferencias de prensa diarias en la Casa Blanca y acusó a los medios de inventar noticias, pero también incluyó una clara advertencia al exdirector del FBI.
"¡Más le vale a Comey que no haya 'cintas' de nuestras conversaciones, antes de que él empiece a (hacer) filtraciones a la prensa!", escribió el mandatario en su cuenta oficial de Twitter.
El mensaje, un claro llamado a Comey a que se mantenga en silencio, sugería que la Casa Blanca posee grabaciones de las conversaciones de Trump con el exjefe da la policía federal y que podría usarlas caso lo considere necesario para mantener su versión de los hechos.
Este mensaje presidencial con la velada advertencia a un exsubordinado se conoció en momentos en que se profundiza la crisis por las versiones desencontradas y contradictorias sobre cómo y por qué ocurrió el despido de Comey.
Poco después, el Senado informó que Comey declinó una invitación para una audiencia a puertas cerradas el próximo martes, aunque por el momento se desconoce si la negativa sería el primer efecto del llamado a silencio formulado por Trump.
El vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, buscó apaciguar el tono del debate, afirmando este viernes que el mensaje de Trump "no es una amenaza", sino que se propone evitar "que se comparta información que no está autorizada a ser puesta en dominio público".
No obstante, el legislador demócrata Adam Schiff, vicepresidente de la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, hizo un llamado para que Trump "presente inmediatamente cualquier grabación que tenga (de sus conversaciones con Comey) o admitir que hizo una declaración errónea".
Al ser consultado sobre si Trump grababa todas las conversaciones que mantenía en la Casa Blanca, Spicer se limitó a decir que el presidente "no tiene más nada que agregar sobre el tema".
El martes la Casa Blanca divulgó una copia de la brutal carta con que Trump comunicó a Comey su despido inmediato del cargo de director del FBI (Policía Federal), alegando que aceptó la recomendación del fiscal general y del fiscal general adjunto.
A partir de ese momento, diversas fuentes de la Casa Blanca se vieron empantanadas en una secuencia de declaraciones contradictorias sobre las causas del despido o incluso en qué momento la decisión fue tomada.
Los portavoces del gobierno informaron que la decisión de despedir a Comey se debió a la insatisfacción por la forma en que condujo una investigación sobre los correos electrónicos de la exsecretaria de Estado, Hillary Clinton, adversaria de Trump en las elecciones del 2016.
Sin embargo, Comey también conducía una de las investigaciones sobre una presunta colusión entre autoridades rusas y el comité de campaña del mandatario para denigrar la imagen de Clinton e incidir en el resultado de las elecciones.
LEA: Donald Trump despide al director del FBI, James Comey, por considerarlo 'incapaz'
En ese contexto, el propio Trump arrojó más combustible a las llamas al admitir, en una entrevista, que llegó a preguntar a Comey si él era objeto de investigaciones por las alegaciones sobre la influencia rusa.
El protocolo estadounidense determina que el presidente no puede conversar con el director del FBI o cualquier otra agencia sobre una investigación que involucre al propio mandatario, para evitar tráfico de influencias.
Sin embargo, el mandatario afirmó que Comey le informó tres veces (una vez durante una "excelente cena" y otras dos por teléfono) que no era objeto de investigación, detalle que Comey por ahora no ha negado ni confirmado.
Además, en esa entrevista, Trump aseguró que cuando el fiscal general adjunto presentó sus alegatos para el despido de Comey, él ya había tomado la decisión de despedirlo.
Apenas un día antes, el vicepresidente Mike Pence había dicho exactamente lo contrario: que Trump esperó la recomendación de la Fiscalía antes de tomar una decisión.
En este contexto caótico Trump afirmó este viernes en Twitter que "los medios de noticias falsas están trabajando horas extras", y hasta sugirió cancelar las conferencias de prensa diarias en la Casa Blanca.
De acuerdo con Trump, por ser un "presidente muy activo" con muchas cosas ocurriendo simultáneamente, "no es posible" para su equipo mantener la precisión en sus declaraciones.
"¿Tal vez la mejor cosa a hacer sea cancelar toda futura conferencia de prensa y distribuir declaraciones por escrito en nombre de la precisión?", se preguntó el mandatario.