En medio de un dramático recuento de votos en las elecciones de Estados Unidos, el republicano Donald Trump mantenía, la noche de este martes, una ventaja sobre la demócrata Kamala Harris para llegar a la Casa Blanca. A las 10:50 p. m. –hora de Costa Rica–, ninguno de los contendores había alcanzado la cifra mágica de 270 votos electorales requerida para convertirse en el presidente número 47 de la historia de Estados Unidos.
Según los reportes publicados por las oficinas electorales de cada estado, Trump, de 78 años, contabilizaba en ese momento un total de 247 votos electorales, mientras que Harris, de 60 años, sumaba 214. El recuento continuará este miércoles.
Trump ganó en estados clave, consolidando su ventaja en el Colegio Electoral. Entre sus victorias más importantes se encuentran Texas, con 40 votos electorales, y Florida, con 30, ambos considerados esenciales en cualquier elección presidencial.
La primera sorpresa fue el triunfo en Carolina del Norte, con 16 votos electorales, uno de los llamados siete estados bisagra, como en Pensilvania, con 19 votos electorales; Michigan, con 15; Wisconsin, con 10; Carolina del Norte, con 16; Georgia, también con 16; Arizona, con 11, y Nevada, con 6 votos electorales. Estos estados, con sus votos decisivos, suelen definir el resultado final de la contienda hacia la Casa Blanca.
Otros estados que le otorgaron su respaldo incluyen Ohio (17 votos), Indiana (11), Missouri (10), y Carolina del Sur (9), además de bastiones republicanos como Kentucky, Tennessee y Alabama. Esta ventaja, sumada a los votos de otros estados como Dakota del Norte, Dakota del Sur, Nebraska y Louisiana, refuerzan su posición en esta fase del conteo.
Por su parte, Harris ganó estados tradicionalmente demócratas, consolidando así un respaldo importante de 187 votos electorales hasta esa hora. Sus victorias incluyen el influyente estado de Nueva York, con 28 votos electorales, y California, con 54, lo que confirma su apoyo en territorios clave para su partido. Otros estados importantes que se han inclinado por Harris son Illinois (19 votos) y Washington (12). La candidata también sumó a su conteo estados como Massachusetts (11), Maryland (10), Nuevo México (4), Virginia (13), New Hampshire (4) y Colorado (10).
Ambos aspirantes llegaron a los comicios de este martes 5 de noviembre prácticamente empatados en intención de voto según las encuestas y con el país dividido en dos polos ideológicos.
Lo anterior generó una gran expectativa entre los estadounidenses, quienes acudieron en forma masiva a los centros electorales y se sumaron a los millones que aplicaron el voto anticipado por correo.
El proceso transcurrió en forma bastante tranquila, pero bajo la mirada muy atenta de las autoridades ante el riesgo de amagos de violencia o de algún tipo de interferencia extranjera.
Además del cargo presidencial, los estadounidenses también eligieron representantes en el Congreso y en el Senado, donde los resultados determinarán el control legislativo del país, lo que podría facilitar o bloquear las iniciativas del próximo presidente. En algunos estados, los ciudadanos también votaron sobre temas de gran controversia, como el derecho al aborto, lo que añadió otra capa de complejidad a estos comicios históricos.
Seguridad reforzada y tensión social
En medio de una alta participación, los comicios de Estados Unidos se llevaron a cabo bajo estrictas medidas de seguridad.
En Washington D.C., la Casa Blanca y el Capitolio permanecieron rodeados de barreras de seguridad, y numerosos comercios cerraron y protegieron sus instalaciones en previsión de posibles disturbios. Las autoridades buscaron evitar una repetición de los disturbios del 6 de enero del 2021, cuando simpatizantes de Trump atacaron el Congreso tras su derrota electoral.
El FBI confirmó que durante la jornada se recibieron alertas de bombas en algunos centros de votación, las cuales fueron atribuidas a dominios rusos de correo electrónico. Sin embargo, ninguna de ellas fue considerada creíble.
Los centros de votación de Filadelfia, escenario de fuertes acusaciones de fraude por parte de Trump en el 2020, fueron especialmente vigilados este martes para garantizar un proceso seguro. En medio de reportes de una votación excepcionalmente alta en esa ciudad, el republicano comentó que había “muchos rumores sobre un fraude masivo” y también escribió: “¡Vienen las fuerzas del orden!”, en alusión a la jornada electoral.
No obstante, la Policía de Filadelfia y funcionarios electorales se apresuraron a rechazar en forma categórica cualquier anomalía en el proceso y atribuyeron lo dicho por el exmandatario a “otro ejemplo de desinformación”.
Propuestas de los candidatos y sus diferencias
El enfrentamiento entre Trump y Harris polarizó al país. Por un lado, Harris centró su campaña en una serie de propuestas moderadas que buscaban captar el apoyo de los republicanos que no se identifican con las políticas más radicales de Trump. La vicepresidenta abogó por la defensa de los derechos reproductivos, políticas de apoyo a la clase media y una reforma migratoria que combina control fronterizo con vías de regularización.
Por su parte, Trump mantuvo su retórica antimigrantes e insistió en imponer aranceles a países como México y China para recuperar empleos en territorio estadounidense.
Su enfoque en temas de seguridad fronteriza fue tajante, y calificó a los migrantes como un “peligro” para la estabilidad del país. Trump también siguió esgrimiendo sus posiciones sobre el cambio climático, al cual considera un tema sobredimensionado, y prometió “revivir” el sector energético estadounidense con menos restricciones medioambientales.
La atención global está puesta sobre el resultado de estas elecciones, dado el impacto que puede tener en conflictos como el de Ucrania o en las tensiones en Oriente Medio.
Harris y Trump mantienen posturas muy diferentes en política exterior, especialmente en temas de apoyo militar y comercial. Harris sostiene un fuerte compromiso con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y con Ucrania, mientras que Trump es crítico de los compromisos internacionales que “no beneficien directamente” a Estados Unidos.