Washington. La táctica es sencilla, incluso básica, pero extremadamente eficaz: ganar tiempo. A fuerza de apelaciones, con argumentos a veces sorprendentes, Donald Trump se propone evitar la mayoría de sus juicios penales antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
El candidato republicano, que se enfrentará en las urnas al presidente demócrata Joe Biden en noviembre, realiza las maniobras que puede para retrasar los juicios que tiene pendientes, cuatro de ellos en el ámbito penal.
Incluso cuando no gana el caso, el tiempo que se tarda en dirimir cada una de sus apelaciones acerca al expresidente (2017-2021) a la meta.
En la ciudad de Nueva York, donde se le juzga por pagos ocultos a una actriz porno para pagar su silencio en 2016, Donald Trump ganó tres semanas con el argumento del cual se presentaron miles de páginas de documentos. El juez del caso fijó el lunes 15 de abril para la apertura de este proceso, el único de los cuatro para el que hay fecha en el calendario de tribunales.
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En Georgia, Donald Trump y otros 14 coacusados por presuntos intentos de alterar los resultados de las elecciones de 2020 en este estado clave del sureste, obligaron al tribunal a examinar durante semanas un posible conflicto de intereses de la fiscal a cargo porque mantuvo una relación íntima con un investigador del equipo de trabajo.
Finalmente el juez desestimó bajo condiciones el desistimiento de la fiscal el pasado 15 de marzo, pero aún no se fijó fecha para este juicio, más de siete meses después de la publicación del auto de procesamiento.
‘Demoras excesivas’
Donald Trump logró aplazar indefinidamente su juicio a nivel federal en Washington, también por injerencia electoral en 2020, el cual debía comenzar el 4 de marzo, al conseguir que la Corte Suprema examine si tiene la inmunidad penal que él reclama como expresidente.
Pero no se espera que el máximo tribunal se pronuncie antes de junio o julio.
El exfiscal federal Andrew Weissmann reconoció que la mayoría de los acusados no quieren ir a juicio e intentan "retrasarlo lo más posible", pero lamentó las "demoras excesivas" de algunas jurisdicciones.
Weissmann consideró “inexcusable” que la Corte Suprema no fijara una fecha para aclarar el tema de la inmunidad y denunció los errores del magistrado en el juicio federal en Florida (sureste), donde el expresidente está implicado por la forma en la que gestionó documentos clasificados después de finalizar su gestión en la Casa Blanca.
"Se trata de tácticas clásicas para un acusado que no quiere ir a juicio", coincidió Daniel Richman, otro exfiscal federal y profesor de la Universidad de Columbia.
“Pero cuando implica a un expresidente, los asuntos que hay que resolver no tienen necesariamente precedentes y requieren una mayor participación de los tribunales, o incluso de la Corte Suprema”, explicó a esta agencia.
"Así que cualquiera que piense que los abogados de Trump son una especie de magos o genios se equivoca", añadió.
‘Estratagemas’
En Florida, los fiscales pidieron el 11 de marzo a la jueza que rechazara sin posibilidad de apelación la petición de Trump de cancelar su procesamiento en nombre de la supuesta "inmunidad" presidencial por el asunto de los documentos clasificados, para "no fomentar tales tácticas dilatorias".
En este caso, la defensa llegó incluso a invocar la regla no escrita del Departamento de Justicia, de abstenerse de presentar acusaciones con posibles repercusiones políticas en los 60 días anteriores a elecciones importantes.
Los fiscales aclararon inmediatamente que esta norma se aplica al inicio de un proceso, no a la celebración de un juicio.
“Los tribunales no deberían prestarse a estas estratagemas”, declaró a la cadena CNN el legislador demócrata Adam Schiff, exmiembro de la comisión parlamentaria de investigación sobre el ataque contra el Capitolio (sede del CongresoI), perpetrado el 6 de enero de 2021 por una multitud de partidarios de Trump para impedir la certificación de Biden como presidente.
Al igual que los dos exfiscales, Schiff cree que el Departamento de Justicia tuvo que iniciar antes un procedimiento federal contra Trump.
“Este retraso contribuyó a la posibilidad de que no tenga lugar ninguno de estos juicios pero todavía creo y espero que al menos uno o dos puedan comenzar antes de las elecciones”, afirmó.
Si fuera elegido de nuevo, Donald Trump podría, tras la investidura en enero de 2025, ordenar el abandono de los procedimientos federales en su contra.