Washington. El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, recibirá este viernes una sentencia simbólica pero histórica, a pesar de los denodados intentos de su equipo de abogados por evitarlo, lo que le convertirá en el primer delincuente convicto en llegar a la Casa Blanca.
El republicano sufrió un último revés el jueves por la noche, cuando cinco de los nueve magistrados de la Corte Suprema, de mayoría conservadora, rechazaron su recurso de urgencia para impedir el anuncio de la sentencia, tras haber sido declarado culpable en mayo pasado por un jurado popular de 34 cargos de falsificación contable.
En nombre del magnate, su entonces abogado personal Michael Cohen abonó $130.000 de su propio bolsillo para comprar el silencio de la exactriz de cine para adultos Stormy Daniels, en la recta final de las elecciones de 2016, haciéndolos pasar como gastos legales.
Audiencia por videoconferencia
El republicano de 78 años, quien asumirá por segunda vez la presidencia de Estados Unidos el próximo 20 de enero, asistirá a la audiencia programada a las 9:30 a. m. en el Tribunal de Distrito de Manhattan, mediante videoconferencia.
Aunque los cargos por los que fue condenado el expresidente (2017-2021) conllevan hasta cuatro años de cárcel, el juez que presidió el juicio, Juan Merchan, anunció el pasado 3 de enero que la sentencia será un “descargo incondicional”. Esta figura, poco común, mantiene la declaración de culpabilidad sin imponer condena a prisión, multa ni libertad condicional, con el objetivo de “finiquitar este asunto”.
A pesar de la naturaleza simbólica de la condena, los abogados de Trump intentaron por todos los medios legales que el futuro 47.º presidente de Estados Unidos no sea sentenciado y que el caso sea sobreseídoƒ, argumentando el fallo de la Corte Suprema, que en julio pasado decretó la inmunidad presidencial por actos oficiales.
La defensa del magnate argumentó que la inmunidad judicial concedida a un presidente en ejercicio debería extenderse a un presidente electo, con el fin de “evitar una grave injusticia y daño a la institución de la presidencia y las operaciones del gobierno federal”.
En los últimos días, la revelación de una conversación telefónica entre Trump y el magistrado conservador de la Corte Suprema, Samuel Alito, generó temores sobre su posible influencia en la máxima autoridad judicial del país, donde seis de los nueve jueces son conservadores, muchos de ellos nombrados por el propio expresidente.
Ciudadano privado
El fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, recordó en un escrito dirigido a los magistrados de dicha corte, divulgado el jueves, que cuando Trump fue “acusado, juzgado y condenado por una conducta que él admite que es totalmente no oficial”, era un ciudadano privado.
El jueves, la jueza de la Corte de Apelaciones del estado de Nueva York, Jenny Rivera, denegó otro recurso presentado por la defensa del magnate para evitar la sentencia.
Dos días antes, otra jueza de una instancia menor de la Corte de Apelaciones de Manhattan había rechazado un recurso similar, en el que la defensa de Trump argumentaba que la sentencia debería posponerse mientras apelaba la condena.
La sentencia de Trump ha sido pospuesta en varias ocasiones desde julio, tras la decisión de la Corte Suprema. En setiembre, el juez Merchan volvió a retrasarla para evitar interferencias con la campaña presidencial.
Tras su elección a principios de noviembre, una audiencia programada para el 26 de noviembre se pospuso mientras el presidente electo y los fiscales de Manhattan discutían cómo proceder ante la situación inédita de su reelección. Finalmente, la semana pasada, Merchan programó la audiencia para este viernes, 10 días antes de la toma de posesión de Trump.
Este ha sido el único de los cuatro casos que pesaban sobre Trump que lo ha sentado en el banquillo. Los otros tres, incluyendo el supuesto intento de revertir el resultado de la elección presidencial de 2020 que perdió frente a Joe Biden, han quedado en suspenso tras su reelección.