Washington. Empatados en las encuestas, Donald Trump y Kamala Harris apuran sus últimos cartuchos electorales este lunes, a pocas horas de unas presidenciales en Estados Unidos que mantienen en ascuas al mundo.
El expresidente republicano y la vicepresidenta demócrata llaman desesperadamente a los estadounidenses a acudir a las urnas, que empezarán a abrir en doce horas en este país con varios husos horarios.
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“¡Vamos a votar! ¡Vamos a ganar!”, exclamó Harris en Pensilvania, el estado clave con 19 votos electorales en juego, en el que ningún partido tiene el voto asegurado.
“Estados Unidos está preparado para un nuevo comienzo”, afirmó Harris e insistió en que, si gana, será “una presidenta para todos los estadounidenses”.
Mencionó a los cientos de miles de puertorriqueños en un intento por recabar el voto de una comunidad molesta con los republicanos por un comentario de un humorista pro-Trump sobre Puerto Rico.
Harris cerrará su campaña en Filadelfia con invitados especiales como Lady Gaga y Ricky Martin.
Mismo llamado al voto entre los seguidores de Trump.
“Cuatro años de espera”
“¡He estado esperando esto durante cuatro años! Y tú también”, afirmó Trump en un mitin en Pensilvania.
“Si sacamos a todos a votar, no habrá nada que puedan hacer”, insistió en otro evento en Carolina del Norte.
El magnate criticó, como acostumbra, la migración irregular. Dijo que, si gana, informará a la presidenta mexicana, la izquierdista Claudia Sheinbaum, que impondrá “inmediatamente un arancel del 25% a todo lo que envíen a Estados Unidos” si no detienen lo que calificó de “embestida de criminales y drogas” en la frontera.
México “se convirtió en nuestro socio comercial número uno y nos están estafando a diestra y siniestra; es ridículo”, afirmó Trump. Si el 25% no da resultado, “impondré el 50%, y si eso no funciona, el 75%”, advirtió.
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Ambos candidatos aprovechan las últimas horas para intentar desempatar las encuestas en unos comicios en los que más de 80 millones de personas ya han votado por anticipado.
Nunca antes Estados Unidos había tenido que elegir entre dos candidatos tan polarizados.
En busca de un segundo mandato, que lo convertiría en el primer presidente convicto, Trump ha confiado en una retórica antimigrante, con una campaña que no ha escatimado en ataques, incluso contra sus rivales, a quienes tacha de “enemigos internos”.
“Tenemos a gente increíble en este país (...) no podemos dejar que estos salvajes vengan de otros países”, afirmó en Pensilvania.
En una campaña llena de sobresaltos, incluidos dos intentos de asesinato contra Trump y el abandono de la candidatura por parte del presidente Joe Biden, Harris hizo una entrada tardía.
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Donald Trump podría declararse ganador antes de tiempo
El republicano agitó nuevamente su fantasma del fraude electoral, lo que genera temores de que no reconozca el resultado si pierde, como ocurrió en 2020 tras ser derrotado por Biden.
El equipo de campaña de Harris prevé que el republicano se declare ganador antes de tiempo y advierte que el escrutinio de la totalidad de los votos llevará “varios días”.
Preocupa la seguridad de las personas que trabajarán en los centros de votación. Algunos funcionarios electorales recibieron botones de pánico para alertar rápidamente a las autoridades en caso de emergencia.
Ambos candidatos han contado con apoyos excepcionales para la campaña: Trump, respaldado por el hombre más rico del mundo, Elon Musk, y sus polémicos sorteos de un millón de dólares diarios a votantes registrados; y Harris, con el expresidente Barack Obama y su esposa Michelle.
Biden se ha prodigado poco desde un desliz en el que se refirió a los partidarios de Trump como “basura”.
El mundo sigue con nerviosismo las elecciones en la superpotencia mundial, en particular por sus repercusiones en Oriente Medio y la guerra en Ucrania, pero también por los efectos comerciales de las promesas proteccionistas en China o México.