Washington
A cinco semanas de la elección presidencial, los medios estadounidenses no tratan con guantes de seda a Donald Trump, y someten las palabras del candidato republicano a la Casa Blanca a un profundo escrutinio, llegando incluso a acusarlo de mentiroso.
Habitualmente mesurado, The New York Times denunció recientemente "las mentiras" del multimillonario empresario, que quiso hacer recaer sobre Hillary Clinton la responsabilidad de una teoría conspirativa que cuestionaba el lugar de nacimiento del presidente Barack Obama.
El influyente diario dio el 24 de setiembre su apoyo a Hillary Clinton y dos días más tarde publicó un mordaz editorial contra Donald Trump, un candidato que cultiva "la intolerancia, las fanfarronadas y las falsas promesas".
Tras más de un año de agitada campaña, las acusaciones del empresario inmobiliario contra la candidata demócrata Hillary Clinton y Barack Obama llevaron finalmente a la CNN a romper con una línea editorial aparentemente neutral: la cadena informativa calificó las acusaciones de Trump de "falsas" sobre una banda roja en la parte inferior de la pantalla.
Donald Trump gozó durante meses de una cobertura ilimitada en los medios, pero la tendencia parece haberse invertido.
"Los medios se han dado cuenta lentamente de que esta campaña no podía cubrirse como una campaña presidencial normal", opina Dan Kennedy, profesor de periodismo en la universidad Northeastern.
"Trump ha repetido tan a menudo informaciones falsas que las ha convertido en mentiras. Propaga deliberadamente mentiras. Nunca habíamos visto algo parecido antes en un candidato presidencial", agrega.
Por su parte, Donald Trump denunció a los "medios repugnantes y corrompidos", atacó personalmente a algunos periodistas y a veces insultó a los reporteros que cubrían sus mítines ante un público entusiasmado.
"No es por supuesto la primera vez que un candidato presidencial critica a los medios, pero ninguno los había atacado tan duramente como Donald Trump, que hizo de ese ataque un ingrediente fundamental de su mensaje", opina Allan Lichtman, historiador de la American University de Washington.
La credibilidad del magnate inmobiliario entre la prensa alcanzó un nivel tan bajo que incluso una decena de medios tradicionalmente conservadores llamaron a no votar a Trump, un "inepto" para servir a su país, es decir que llamaron claramente a votar por Hillary Clinton.
El Dallas Morning News y el Arizona Republic tomaron la histórica iniciativa de apoyar a un candidato demócrata. USA Today, que en sus 34 años de existencia jamás tomó partido por un candidato, llamó el viernes a sus lectores a "resistir el canto de sirenas de un peligroso demagogo" y rechazar a Donald Trump. Sin embargo, el comité editorial no llegó a un consenso para pedir el voto por la demócrata Hillary Clinton.
Profundamente republicano, el Chicago Tribune decidió alinearse con el candidato libertario Gary Johnson --tercero en los sondeos con 8% de las intenciones de voto--, por estimar que Donald Trump "no tiene la capacidad" de dirigir el país.
Como hace habitualmente, el magnate eligió Twitter para responder al editorial de USA Today: "¡Las personas realmente astutas anularon sus suscripciones a los diarios de Dallas y de Arizona y ahora el USA Today perderá lectores!".
Según Brendan Nyhan, especialista en ciencia política en la universidad de Dartmouth, el republicano empujó a los medios más allá de los límites de un tratamiento pretendidamente objetivo. "Trump obligó a los medios a reconocer los límites de una cobertura regida por el '(Trump) ha dicho, (Clinton) ha dicho', y que evita cualquier toma de partido".
En un paisaje mediático fragmentado, Donald Trump encontró en Twitter una caja de resonancia ideal para dirigirse directamente a sus potenciales votantes. Se apoya asimismo en sitios ultraconservadores, observa Angelo Carusone, responsable de un sitio progresista de análisis del contenido de los medios.
Los partidarios del republicano lograron imponer el hashtag TrumpWins (TrumpGana) en la cima de los temas más debatidos en Twitter tras el debate del lunes con Clinton, considerada sin embargo vencedora en los sondeos.
"Lo que están haciendo ahora los medios está bien, pero es demasiado poco y demasiado tarde", estima Angelo Carusone. "Le dieron más de un año de cobertura mediática sin examen crítico, lo que le permitió vencer fácilmente en las primarias" republicanas.
Pero la receta de Trump no le bastará para ganar una elección presidencial muy pareja, estima Allan Lichtman. "Debe superar a sus partidarios de base para ganar. Y eso no lo puede lograr a través de los medios alternativos", agregó.