LONDRES (AFP) El primer ministro británico, Gordon Brown, recibió el viernes al Dalai Lama, líder del budismo tibetano, aunque en el marco de un encuentro religioso y no en su residencia oficial de Downing Street para evitar zaherir la susceptibilidad política de China.
El encuentro, punto culminante de la visita de once días del Dalai Lama a Gran Bretaña, se llevó a cabo en el Palacio de Lambeth, frente al Parlamento de Westminster, residencia del arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, jefe de la Iglesia anglicana.
Las actividades internacionales del Dalai Lama causan enfado en China, que acusa al Premio Nobel de la Paz de promover planes separatistas.
Los predecesores de Gordon Brown, el laborista Tony Blair y el conservador John Major, habían recibido al Dalai Lama en la residencia oficial del jefe de Gobierno.
La recepción en el Palacio de Lamberth sitúa el encuentro con el Dalai Lama en un contexto espiritual, desposeyéndolo de connotaciones políticas, según los críticos.
Brown pretende así nadar entre dos aguas, mostrando que apoya la causa de los derechos humanos en Tíbet, aunque sin enfadar demasiado al régimen comunista chino.
En una entrevista con la AFP, el líder tibetano, que vive en el exilio en India desde el aplastamiento de una rebelión en 1959, calificó su primer encuentro con Brown de "muy bueno" y dijo que el primer ministro había mostrado "preocupación auténtica" por la situación en Tíbet.
Además, pronosticó que habrá "mucho sufrimiento" y nuevas y "graves manifestaciones" si las conversaciones con Pekín no se traducen en nada.
Habrá "un inmenso sufrimiento, muy triste. También del lado chino, muchas bajas", insistió, aconsejando a China que atienda "de un modo realista" las quejas tibetanas.
El Reino Unido es el primer inversor europeo en China y Londres y Pekín anunciaron en enero su objetivo de alcanzar los 41.000 millones de euros en 2010 en sus intercambios comerciales.
Downing Street describió el encuentro como una "reunión interreligiosa con varios jefes espirituales", entre los cuales figuraba monseñor Williams.
Varias decenas de personas, pro chinas o budistas disidentes, se manifestaron a las puertas del palacio. El jueves, cerca de mil protestaron con pancartas que proclamaban: "El Dalai Lama no es Dios ni el rey del Tíbet".
Gordon Brown rechazó las críticas que le acusan de "rebajarse" ante Pekín, que calificó el encuentro de "muy preocupante".
Una caricatura publicada en el periódico The Times mostraba a Gordon Brown con un libro titulado "Coraje", pero saludando al líder tibetano con una mano postiza.
El Dalai Lama, de 72 años, que estará en Gran Bretaña hasta el 30 de mayo, no quiso terciar en la polémica. Recibido el jueves en la Cámara de los Comunes, estimó que el lugar de la entrevista con el primer ministro no suponía "ninguna diferencia".
Después de Alemania, Gran Bretaña es la segunda etapa de la gira por cinco países del Premio Nobel de la Paz, que irá también a Australia y Estados Unidos, antes de llegar a Francia durante los Juegos Olímpicos de Pekín en agosto.
© 2008 AFP