Bogotá. Los colombianos eligen este domingo un nuevo Congreso que podría quedar bajo control de la derecha más opuesta al pacto de paz con la exguerrilla de las FARC, que debuta en las urnas como partido.
Nunca antes, en 50 años, los millones de votantes de la cuarta economía de Latinoamérica habían ido a las urnas sin la amenaza de los grupos rebeldes.
Aunque tiene garantizada una pequeña representación en el próximo parlamento bicameral, la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), el partido surgido del desarme de los rebeldes comunistas, se medirá por primera vez en unas votaciones.
Sin chance en las encuestas, el que fuera el grupo rebelde más poderoso de América solo participará en estas legislativas tras abandonar la carrera por la presidencia, a raíz de la delicada enfermedad coronaria de su líder y candidato,Rodrigo Londoño Echeverri, comúnmente conocido como Timochenko.
"Estas elecciones serán las más tranquilas, las más pacíficas que los colombianos hemos tenido en nuestra historia reciente", destacó el presidente Juan Manuel Santos tras votar en el centro de Bogotá.
Tregua
Los comicios también se desarrollan en medio de la tregua unilateral del Ejército de Liberación Nacional (ELN), con el que Santos también intenta firmar la paz.
Esta jornada marcará el inicio de la contienda del 27 de mayo para suceder al presidente liberal de centro derecha.
Y aunque serán unas elecciones cargadas de simbolismo para los 7.000 exguerrilleros que se desarmaron el año pasado y que ahora podrán votar, las fuerzas de la derecha, en cabeza del expresidente y senador Álvaro Uribe, podrían ser las protagonistas.
Las encuestas proyectan el triunfo del Centro Democrático, el partido de Uribe, y de otros movimientos que prometen modificar el acuerdo firmado con las FARC a finales de 2016.
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El exmandatario se perfila como uno de los senadores más votados y, si se confirman los pronósticos, la derecha pasará a ser mayoría en el Congreso, con un añadido: la izquierda llega fragmentada y con el riesgo de perder su representación.
Además enfrenta uno de los males crónicos de la democracia colombiana donde el voto es voluntario: una abstención que ha rondado el 60% en los últimos años.
Aunque difícilmente podría reformar lo sustancial del acuerdo de paz, la victoria de Uribe y sus potenciales aliados genera incertidumbre frente a la implementación del sistema de justicia pactado con la exguerrilla para atender a las cientos de miles de víctimas de la guerra.
"Solo el hecho de no implementar lo que se ha firmado, sería suficiente para que este acuerdo no tenga consecuencias", señaló Frédéric Massé, experto en conflicto y paz de la Universidad Externado.
En ese sentido, el mayor problema serían los proyectos pendientes que reglamentan los compromisos asumidos con la ya disuelta guerrilla, que incluyen reformas rurales y políticas.
Además, la derecha podría también llegar a la presidencia y eso le daría largas a un eventual acuerdo con el ELN, según expertos.
Este domingo los exguerrilleros marxistas se someten a las reglas de la democracia, tras décadas de sabotear comicios, secuestrar y matar candidatos.
"Prefiero verlos sentados esperando unos votos y no en el monte con armas", afirmó Leonardo Gaviria, un ingeniero de sistemas de 36 años. Aun así añadió que nunca los apoyaría en las urnas.
Puntos en contra
El pacto con el que comenzó a extinguirse el conflicto armado, les permite a los excomandantes rebeldes ejercer la política sin aún haber confesado sus crímenes y reparado a las víctimas.
Quienes cumplan con los compromisos de verdad y reparación y desistan de volver a las armas, podrán recibir penas alternativas a prisión.
Y esto es precisamente lo que más irrita a Uribe y a los sectores que se impusieron en el plebiscito sobre el pacto de paz, obligando a renegociar algunos puntos del acuerdo de 2016. Aun así, nunca quedaron satisfechos.
Las legislativas repercutirán además en la disputa por la presidencia. Este domingo las principales tendencias definirán sus candidatos en consultas interpartidistas.
Por la derecha parte como favorito el senador Iván Duque, del Centro Democrático, quien se batirá con la conservadora Marta Lucía Ramírez y el exprocurador Alejandro Ordóñez.
En la otra orilla, el exalcalde de Bogotá y exguerrillero Gustavo Petro tiene prácticamente asegurado su triunfo contra Carlos Caicedo, exmandatario de la ciudad caribeña de Santa Marta.
Duque, Petro y el exalcalde de Medellín Sergio Fajardo lideran la intención de voto en los sondeos presidenciales.
Los resultados de esta jornada, a la que están convocados más de 36 de los 49 millones de colombianos, darán luces sobre la bancada con la que contará el sustituto de Santos.
Con Petro, la izquierda tiene por primera vez opciones reales de poder en un país gobernado históricamente por la derecha, aunque podría quedar sin apoyo en el parlamento.
Si las encuestas no fallan, un victorioso Duque tendría por el contrario las mayorías en un Congreso donde se topará con los exguerrilleros que tanto detesta su padrino político.