Los juegos pirotécnicos, las luces, las fiestas multitudinarias y la polémica cerraron con broche de oro la partida de un año, en latitudes tan distantes como Pekín, en China; Moscú en Rusia y Berlín en Alemania, y le dieron la bienvenida a uno nuevo.
Alemania celebró la entrada del nuevo milenio con un fiesta de luz en Berlín.
La fiesta berlinesa, organizada en torno a los monumentos emblemáticos de la ciudad, atrajo a más de dos millones de personas, quienes celebraron el 2000 con champán, pero también con cerveza y salchichas alemanas.
El punto central de la actividad, sin embargo, fue la Puerta de Brandeburgo, escenario de los momentos más espectaculares de la historia alemana, desde los inquietantes desfiles de antorchas nazis hasta la noche de la caída del Muro de Berlín.
En Rusia, sus habitantes vivieron un singular coyuntura.
Poco antes de que el gran reloj del Kremlin diera las doce campanadas de medianoche, las pantallas gigantes instaladas en la Plaza Roja difundieron el discurso de renuncia de Yeltsin, su última intervención como presidente, seguido de los buenos deseos del mandatario interino, Vladimir Putin.
Aún así, las actividades previstas con motivo del cambio de año no se detuvieron ni mucho menos amaino el ánimo de la población.
En la Plaza Roja, ante un Kremlin abandonado por el "zar", unos 10.000 rusos festejaron la llegada del 2000 descorchando botellas de champán y quemando petardos.
Este entusiasmo no fue menos evidente e intenso en Pekín.
La Plaza de Tiananmen, abierta excepcionalmente por la noche, en al arteria comerciante de Wangfujig, numerosos chinos y algunos occidentales gritaron para celebrar el último segundo de la medianoche.
Los pequineses, que normalmente son bastante caseros, esa noche recuperaron la sonrisa, llegando incluso a besarse y a beber vino tinto por las calles, en medio del alborozo.
Otros pueblos que celebraron la llegada del nuevo año.
Sidney: Casi un millón de personas se reunió en el puerto, para presenciar los mayores fuegos artificiales del mundo, con 20 toneladas de cohetes lanzados.
Madrid: Millones de personas celebraron la llegada del año 2000 comiendo las tradicionales doce uvas.
Río de Janeiro: Tres millones de personas presenciaron una explosión de fuegos de artificio, luz y color de más 20 minutos en la hermosa playa carioca de Copacabana.
México: El Zócalo, la principal plaza pública, fue el centro de "Mitote" (fiesta con mucha gente) en el que participaron más de 300.000 personas.