Washington. El expresidente Jimmy Carter trajo un breve momento de unidad nacional a un Estados Unidos dividido durante su funeral de Estado celebrado este jueves en la catedral de Washington, a solo 11 días de la investidura de Donald Trump.
El presidente saliente, Joe Biden, pronunció la elegía fúnebre, cumpliendo un pedido personal de Carter antes de su fallecimiento. Biden destacó el legado de Carter, describiéndolo como un líder que enfrentó el abuso de poder con firmeza y promovió la justicia y la igualdad.
Carter, fallecido el 29 de diciembre a los 100 años, fue recordado como un hombre de principios. Biden lo describió como un cristiano bautista del sur que luchó por los derechos civiles, un veterano condecorado que impulsó la paz y un defensor de la conservación y la energía limpia. Su legado también incluyó redefinir la relación entre el presidente y el vicepresidente.
La ceremonia reunió a unos 3.000 asistentes, incluidos los expresidentes Barack Obama, George W. Bush y Bill Clinton. Este tributo en la catedral de Washington se suma a los homenajes anteriores para otros mandatarios como Dwight Eisenhower, Ronald Reagan y George H.W. Bush.
Un momento de reflexión y tensiones políticas
En un raro momento de unidad, Trump y Biden compartieron el espacio para despedir a Carter. También se evidenció un breve intercambio entre Trump y su exvicepresidente Mike Pence, quienes no habían sido vistos saludándose desde los disturbios del Capitolio en 2021.
El expresidente será enterrado junto a su esposa Rosalynn en Georgia, tras un emotivo tributo de su familia y otros líderes políticos. Su nieto Jason Carter destacó que el líder siempre se mantuvo fiel a sus principios, incluso cuando eran impopulares políticamente.
Aunque Carter solo cumplió un mandato, su legado incluye hitos significativos como la negociación de paz entre Israel y Egipto y su firme postura en defensa de la democracia en América Latina. Durante su mandato, se retiró el apoyo a dictaduras militares en el Cono Sur y se impulsó la devolución del Canal de Panamá a los panameños.
Sin embargo, enfrentó desafíos como la crisis de rehenes en la embajada estadounidense en Teherán en 1979 y la segunda crisis petrolera. A pesar de las críticas iniciales, su imagen evolucionó con el tiempo, culminando en el reconocimiento con el Nobel de la Paz en 2002.
El funeral de Jimmy Carter no solo marcó el fin de una era, sino que también dejó un mensaje claro de unidad y defensa de los valores democráticos en un momento de profunda polarización en Estados Unidos. Su vida y legado continúan siendo un ejemplo para las generaciones futuras, mientras el país se prepara para enfrentar nuevos desafíos políticos y sociales.