Washington. El gobierno de Estados Unidos afirmó el sábado que el líder sirio, Bashar al Asad, perdió el control de Alepo, la segunda ciudad más importante del país, debido a su dependencia de Rusia e Irán.
Según el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, Sean Savett, la “dependencia de Siria de Rusia e Irán”, junto con la negativa a avanzar en un proceso de paz establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2015, “crearon las condiciones que se están desarrollando”.
“Al mismo tiempo, Estados Unidos no tiene nada que ver con esta ofensiva, dirigida por Hayat Tahrir al Sham, una organización designada como terrorista”, añadió.
Una coalición de fuerzas rebeldes, dominada por islamistas, tomó gran parte de Alepo en una ofensiva contra el régimen de Asad, que ha dejado hasta ahora más de 320 muertos, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
LEA MÁS: Siria: Alepo enfrenta el mayor ataque desde 2016 con bombardeos rusos y yihadistas
La oenegé, con sede en Reino Unido y una amplia red de informantes en el terreno, indicó que aviones rusos bombardearon Alepo por primera vez desde 2016, cuando el régimen recuperó la ciudad con la ayuda de Moscú.
El ejército sirio señaló que “organizaciones terroristas lograron penetrar amplias zonas de barrios de la ciudad de Alepo”.
Se trata de los enfrentamientos más intensos en varios años en Siria, un país devastado por la guerra civil desde 2011, que ha dejado medio millón de muertos y millones de desplazados.
HTS, la antigua rama siria de Al Qaida, y facciones aliadas, algunas respaldadas por Turquía, lanzaron el miércoles una operación en las provincias de Idlib y Alepo, apoderándose de decenas de localidades antes de ingresar a la ciudad el viernes.
ONU alerta sobre ‘graves implicaciones’ de enfrentamientos
El enviado especial de la ONU para Siria, Geir O. Pedersen, advirtió que los combates actuales entre las fuerzas rebeldes y el ejército sirio tienen “graves implicaciones para la paz regional e internacional”.
Pedersen hizo un llamado a un “compromiso político urgente y serio --entre las partes sirias e internacionales-- para evitar un derramamiento de sangre y centrarse en una solución política de acuerdo con la Resolución 2254 del Consejo de Seguridad, acordada en 2015″, señaló en un comunicado.
“Los últimos acontecimientos representan grandes riesgos para los civiles y graves implicaciones para la paz y la seguridad regional e internacional”, añadió.
Una coalición de grupos rebeldes, liderada por islamistas, lanzó una ofensiva relámpago el miércoles que les permitió tomar el control de gran parte de Alepo, la segunda ciudad de Siria, por primera vez desde 2011, cuando comenzó la guerra.
Los combatientes insurgentes llevaron a cabo la operación contra las fuerzas del régimen de Bashar al Asad, apoyadas por Rusia e Irán, en el noroeste de Siria. Lograron tomar el control de decenas de localidades antes de llegar a Alepo, considerado el pulmón económico del país.