Guatemala. EFE, AFP y AP. El expresidente Alfonso Portillo (2000-2004) perdió su última batalla con la Justicia de Guatemala, que ayer lo entregó en extradición a Estados Unidos, donde será juzgado por el delito de conspiración para el lavado de $70 millones en el sistema financiero de ese país.
“¡Hasta luego, pueblo de Guatemala!”, expresó Portillo poco antes de abordar una aeronave estadounidense en la sede de la Fuerza Aérea Guatemala, en el sur de la capital, adonde fue llevado en medio de un fuerte despliegue de seguridad.
Portillo, de 61 años, que vestía una chaqueta negra y camisa rosa, fue custodiado por agentes estadounidenses hasta la aeronave, mientras en las afueras se agruparon decenas de sus seguidores.
Ante la prensa, el exgobernante calificó su extradición como un “secuestro” y acusó al gobierno del presidente Otto Pérez de “violar la ley”, pues, según dijo, aún tenía recursos pendientes en los juzgados guatemaltecos.
“Están cometiendo una gran ilegalidad; han cometido ilegalidades conmigo desde el principio; me han violado todos mis derechos”, manifestó Portillo, quien llevaba dos libros en sus manos.
Poco después, el ministro de Gobernación (Interior), Mauricio López, dijo haber firmado la extradición porque ya había culminado “todo el proceso judicial”. “No había pendientes recursos ni notificaciones” que resolver, afirmó en rueda de prensa.
Lavado de dinero. Portillo es requerido por una corte de Nueva York que lo reclama por el delito de conspiración para lavar $70 millones en bancos norteamericanos durante su gestión, entre los que destacan $1,5 millones donados por Taiwán para proyectos para la niñez.
El delito es castigado en Estados Unidos con una pena máxima de 20 años de prisión.
El expresidente había presentado varios recursos para evitar su extradición a EE. UU., aprobada en noviembre de 2011 por el expresidente Álvaro Colom.
Portillo gobernó Guatemala bajo la bandera del Frente Republicano Guatemalteco, partido fundado por el exdictador Efraín Ríos Montt, a quien la Justicia procesa bajo acusaciones de genocidio contra indígenas perpetrados por el Ejército en su régimen. El expresidente fue capturado el 26 de enero de 2010, cuando intentaba dejar el país de forma ilegal –hacia Belice– poco después de emitida la petición de extradición por la corte de Nueva York.
Portillo había sido absuelto en 2011 en tribunales guatemaltecos por el supuesto desfalco de unos $15 millones en el Ministerio de la Defensa en 2001, pero no recobró su libertad debido a la petición estadounidense.
David Pineda, uno de los abogados de Portillo, mostró a periodistas supuestos documentos de tres presuntos recursos de amparos que, según él, aún estaban pendientes de resolución en la Corte de Constitucionalidad.
“ Ya es imposible revertir la situación; lo que nos queda es confiar en que las autoridades estadounidenses vean que es algo a todas luces ilegal”, dijo Pineda.
Conocido por el apodo de Pollo ronco debido a su peculiar voz raspada, Portillo se incorporó como diputado al Parlamento Centroamericano al entregar el poder el 14 de enero de 2008, pero el 18 de febrero de ese año huyó a El Salvador y de ahí a México, cuando la Justicia guatemalteca lo investigaba por corrupción y estaba a punto de pedir su detención.
Portillo es el primer expresidente guatemalteco en afrontar a la Justicia estadounidense por supuesto lavado de dinero.