Nueva York. EFE, AFP y AP El considerado hombre más longevo del mundo, el emigrante polaco Alexander Imich, falleció en Nueva York a los 111 años, después de una intensa vida en la que se había dedicado a la química y había sido presidente del Centro de Investigación de Fenómenos Anómalos de Nueva York.
Según informó ayer el New York Daily News, Imich, nacido el 4 de febrero de 1903, murió plácidamente en una residencia de ancianos en el Upper West Side de Mahattan.
Se había convertido en el hombre más viejo del mundo el 24 de abril pasado, cuando falleció el italiano Arturo Licata a los 111 años y 357 días, de acuerdo con el Grupo de Investigación Gerontológica de Torrance, en California.
La clave. La salud de Imich había empeorado recientemente, según dijo una familiar cercana, Karen Bogen, al The New York Time.
Sin embargo, estaba suficientemente lúcido en abril y mayo como para dar varias entrevistas en las que habló sobre el secreto de su longevidad, que atribuyó a los buenos genes.
“No es como si fuera el Premio Nobel”, dijo, modesto, al The New York Times . Y agregó: “Jamás habría pensado que iba a vivir tanto tiempo”.
Imich también atribuyó su longevidad al hecho de que con su esposa Wela nunca habían tenido hijos. Fue siempre de comer poco, jamás bebía alcohol y hacía ejercicio, añadió. Más joven, también le gustaba nadar.
Él y su esposa escaparon de Polonia luego de la invasión nazi en 1939, y se mudaron a Estados Unidos en 1951.
Este especialista en parapsicología, publicó a sus 92 años el libro Incredible Tales of the Paranormal ( Aventuras increíbles de lo paranormal ) en 1995.
La obra detalló el trabajo de una médium polaca conocida como Matylda S.
Imich hablaba cinco idiomas, estudió también zoología y química, y vivía solo en una residencia geriátrica desde la muerte de su esposa en 1986, rodeado de las pinturas que ella hizo, en la localidad de Upper West Side, Manhattan.
El libro de los Récords Guinness Mundiales está investigando reportes de que el hombre más viejo del mundo es ahora el japonés Sakari Momoi, de 111 años.
La persona más vieja del planeta es una mujer, la japonesa Misao Okawa, de 116 años.
En Costa Rica, Juan Uriel Delgado, cumplió 114 años el 11 de marzo anterior. En el hogar de Ancianos de Piedades de Santa Ana, donde habita, han hecho varios esfuerzos por inscribirlo en los Records Guinnes.