Los diputados aprobaron a mano alzada el aumento de 60 a 62 años a partir del 2018 para tener derecho a jubilarse y debían pronunciarse todavía sobre el incremento de 65 a 67 años de la edad para cobrar una jubilación completa, el otro punto clave de esta polémica reforma cuya aprobación parlamentaria –incluyendo el Senado– está prevista para fines de octubre.
Una verdadera batalla verbal entre diputados de la derecha gobernante y de la oposición de izquierda se produjo ayer en el hemiciclo a raíz de la promesa “solemne” que la socialista Segolene Royal, excandidata a la presidencia en 2007, formuló el jueves en la noche.
“Solemnemente le digo que sí”, respondió Royal por televisión, interrogada sobre si los socialistas restablecerán en 60 años la edad mínima para acceder a la jubilación si vuelven al poder en 2012.
La Cámara Baja, donde la gobernante UMP controla 314 de los 577 escaños (los socialistas tienen 204), aprobó el jueves la prolongación de los años de aportes en función de la ampliación de la esperanza de vida, que regirá para los nacidos a partir de 1955.
Con más de 15 millones de jubilados, Francia es uno de los países europeos donde la edad mínima para tener derecho a jubilarse es más baja, aunque eso sí, después de trabajar 40 años.
A partir del 30 de junio de 2011, dejará de regir en Francia el derecho a la jubilación a los 60 años, el punto de la reforma que más rechazo está provocando entre los franceses y que el martes sacó a las calles a casi tres millones de personas, según los sindicatos.