Damasco. Los jefes de la diplomacia francesa y alemana se reunieron el viernes en Damasco con Ahmad al Sharaa, el nuevo dirigente islamista sirio que tomó el poder tras la caída de Bashar al Asad. Este encuentro marca un acercamiento sin precedentes y busca promover una transición pacífica e inclusiva en el país devastado por más de una década de conflicto.
Jean-Noël Barrot, ministro de Relaciones Exteriores de Francia, y Annalena Baerbock, su homóloga alemana, visitaron el palacio presidencial, símbolo del antiguo régimen de Al Asad, en representación de la Unión Europea (UE). Este encuentro es el primero entre altos funcionarios occidentales y el líder del grupo islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS), que encabezó la coalición rebelde que derrocó al gobierno de Asad el 8 de diciembre.
LEA MÁS: Saidnaya: las celdas del horror sirio ahora revelan décadas de tortura y muerte
“Francia y Alemania están al lado del pueblo sirio, en toda su diversidad”, expresó Barrot en la red social X. Ambos países buscan facilitar una transición política que priorice la reconciliación social y la estabilidad regional. Por su parte, Baerbock destacó la posibilidad de un “nuevo comienzo político” entre Europa y Siria, mientras reiteraba que Europa mantendrá expectativas claras sobre el nuevo liderazgo sirio.
Durante su visita, los diplomáticos recorrieron la cárcel de Saidnaya, símbolo de la represión ejercida durante el gobierno de Al Asad. Acompañados por miembros de la Defensa Civil siria, inspeccionaron celdas subterráneas que evidencian condiciones inhumanas. Según la Asociación de Presos y Desaparecidos de la Cárcel de Saidnaya (ADMSP), más de 4.000 personas fueron liberadas el día en que los rebeldes tomaron Damasco.
“Esperanza frágil”
Ahmad al Sharaa, líder de HTS, se comprometió a disolver las facciones armadas, convocar un diálogo nacional y organizar elecciones en un plazo estimado de cuatro años. También pidió el levantamiento de las sanciones internacionales impuestas al régimen anterior tras la represión del levantamiento popular de 2011.
A pesar de los esfuerzos de Sharaa por distanciarse del pasado yihadista de HTS, el grupo continúa siendo clasificado como organización terrorista por varias potencias occidentales, incluyendo Estados Unidos. Sin embargo, su liderazgo ha intentado proyectar una imagen más moderada y conciliadora en esta nueva etapa.
Desde la embajada de Francia en Damasco, cerrada desde 2012, Barrot expresó su esperanza de ver “una Siria soberana, estable y pacífica”. También anunció que Francia evaluará la posibilidad de restablecer progresivamente su presencia diplomática en la capital siria, dependiendo de las condiciones de seguridad.
El nuevo gobierno de Sharaa busca abrirse a Occidente, distanciándose de los antiguos aliados de Siria, como Rusia e Irán, mientras fortalece relaciones con Turquía y Catar. Este cambio ha captado la atención de numerosos líderes árabes y occidentales que han visitado Damasco, rompiendo con el aislamiento diplomático impuesto desde 2011.