Dahejia. Este martes, los socorristas se esfuerzan por encontrar sobrevivientes entre los escombros de numerosos edificios que colapsaron tras un potente terremoto ocurrido en plena noche en una zona remota del noroeste de China. El sismo dejó al menos 127 muertos y centenares de heridos.
El epicentro del terremoto se situó a unos 1.300 kilómetros al suroeste de Pekín, en la provincia de Gansu.
Según las autoridades locales, el balance actualizado reporta al menos 113 muertos y alrededor de 530 heridos en la provincia de Gansu. En la vecina provincia de Qinghai, en la ciudad de Haidong, se registraron otros 14 fallecidos y 198 heridos, según informó la prensa estatal.
El sismo, de magnitud 5,9 según el Instituto Geofísico Estadounidense (USGS), ocurrió a las 11:59 p. m. (3:59 GMT) a una profundidad de diez kilómetros. La agencia estatal china Xinhua informó que la magnitud del sismo fue de 6,2 y se sintió en la histórica ciudad de Xi’an, en la provincia norteña de Shaanxi, a unos 570 km de distancia. El epicentro se situó a 100 kilómetros al suroeste de la capital provincial, Lanzhou, y fue seguido por varias réplicas.
El temblor causó daños significativos, afectando más de 155.000 edificios, según informó el canal público de televisión CCTV. Los residentes se vieron obligados a salir a la calle, enfrentando temperaturas gélidas.
“Tengo 70 años y nunca viví un terremoto tan fuerte en mi vida”, expresó Ma Wenchang, residente en la zona, a esta agencia. “No puedo vivir más [en esta casa], porque es demasiado peligroso. Mis parientes han sido reubicados en otro sitio”, agregó.
En las zonas afectadas, los equipos de rescate trabajan incansablemente, mientras el presidente Xi Jinping urgió a hacer “todos los esfuerzos” en las tareas de búsqueda y socorro. Las autoridades provinciales se han desplazado a las áreas más golpeadas, según reportó Xinhua.
El mandatario ruso Vladimir Putin, aliado de Pekín, expresó sus “profundas” condolencias a Xi Jinping, compartiendo “el dolor de quienes perdieron a sus seres queridos en esta catástrofe”.
La agencia Xinhua reportó cortes en los servicios de electricidad y agua en algunas aldeas, y videos en redes sociales mostraron techos caídos y escombros en las calles. Más de 1.400 bomberos y rescatistas fueron enviados a la zona de desastre, mientras otros 1.600 permanecen en espera, según informó la televisión estatal.
El clima helado complica las labores de rescate, con temperaturas cayendo bajo cero en el norte de China. Las imágenes de CCTV desde las zonas más afectadas muestran a los pobladores calentándose en una fogata mientras los trabajadores de emergencia levantan carpas.
Este terremoto es el de mayor número de víctimas en China desde 2014, cuando un sismo en la provincia sudoccidental de Yunnan dejó más de 600 personas fallecidas.
Los terremotos son eventos comunes en China, recordando el impacto de otro sismo en Sichuan en 2008, que cobró la vida de más de 87.000 personas, incluyendo 5.335 escolares.