Lima. El presidente peruano Alberto Fujimori anunció ayer que renunciará en las próximas horas en medio de la peor crisis política en sus diez años de gobierno.
"El presidente Fujimori me ha confirmado telefónicamente que renunciará a más tardar el martes", reveló el primer ministro, Federico Salas, tras hablar con el mandatario, quien está en Tokio.
En un comunicado entregado por la secretaría de prensa de la República de Perú en el hotel en el que se aloja Fujimori en Tokio, el hasta ahora presidente afirmó que tomó la decisión después de evaluar "la nueva correlación de fuerzas en el Congreso".
Añadió en el comunicado que no ofrecerá ninguna declaración más hasta que entregue su carta de renuncia al presidente del Congreso del Perú, Valentín Paniagua.
Salas, por su parte, expresó que el gabinete y el Poder Ejecutivo "estábamos conscientes de que era un viaje oficial" el que Fujimori emprendía cuando partió a Brunei donde asistió al Foro Económico Asia-Pacífico (APEC) la semana pasada, desde donde luego viajó a Japón.
"Hoy ayer para los lectores nos enteramos que renuncia, nos abandona y posterga su viaje de retorno", dijo el Primer Ministro.
Declaró que la dimisión "la hará desde Japón, desde donde enviará su carta".
En Washington, Mary Hellen Countryman, portavoz de la Casa Blanca, confirmó que "el Gobierno de Perú nos informó de que el presidente Fujimori decidió quedarse en Japón por el momento".
La revelación tuvo el efecto de un cataclismo político que sacudió a los peruanos y generó reacciones de estupor y sorpresa entre los ciudadanos comunes.
"Él (Fujimori) no quiere en forma alguna entorpecer este proceso de democratización y quiere que las próximas elecciones (en abril) puedan ser absolutamente cristalinas para toda la población peruana", dijo Salas.
Gabinete se va en pleno
El anuncio provocó la inmediata renuncia en pleno de los 15 integrantes del gabinete, quienes expresaron en tono categórico su indignación porque la noticia se conoció desde Tokio.
"Dejamos nuestros cargos ante la renuncia del Presidente de la República en un contexto de grave crisis y de incertidumbre por su retorno, (por lo que) debemos expresar nuestra indignación por tan sorpresivo hecho", expresaron en un comunicado.
Sin embargo, esperarán en sus cargos el nombramiento de sus sustitutos.
El Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas expresó "su absoluto respeto a las decisiones que adopten las autoridades legítimamente constituidas en el marco de la Constitución peruana".
No ha pedido asilo
Ayer, el Gobierno japonés dijo desconocer la situación en que se encuentra Fujimori, y sus planes.
Según Hisashi Ueno, encargado de asuntos peruanos en la División Latinoamericana de la Cancillería, el Gobierno se limita a "observar" los acontecimientos.
"Por el momento, no hay petición de asilo político, ni indicios de que vaya a hacerlo", añadió.
Fujimori, hijo de inmigrantes japoneses que llegaron al Perú para la recolección de algodón hasta que abrieron una sastrería en Lima, mantuvo vínculos con Japón. Su hijo Hiro vive Tokio, al igual que su hermana y su cuñado, Víctor Aritomi, embajador del Perú.
¿Ahora quién?
El primer ministro, Federico Salas, dijo que Fujimori sería reemplazado por su segundo vicepresidente, Ricardo Márquez.
Él, según Salas, encabezaría un gobierno de transición para conducir las elecciones convocadas anticipadamente para abril de 2001 y la entrega de mando en julio.
No obstante, ayer la sucesión del mandatario era motivo de disputa y no aparecía un claro heredero del poder (nota aparte).
Inclusive la oposición, de la mano del excandidato presidencial, Alejandro Toledo de visita en España insistía en que ni este, ni el primer vicepresidente, Francisco Tudela (quien renunció al cargo en octubre), tenían la legitimidad para ocupar el cargo.
La oposición manifestó que el actual presidente del Congreso, Valentín Paniagua, debía asumir el gobierno interino, en espera a las elecciones.
Fujimori anunció en setiembre que dejaría el poder el 28 de julio del 2001, recortando su tercer mandato consecutivo de cinco años a un año, tras un escándalo de corrupción que involucró a su exasesor de inteligencia y hombre fuerte, Vladimiro Montesinos, cuyo paradero es desconocido.
Un vídeo, difundido por la oposición, mostraba a Montesinos sobornando a un congresista opositor para que se pasara a las filas del oficialismo y así lograr la mayoría parlamentaria que la Alianza Perú 2000 (de Fujimori) no logró en los polémicos comicios del 9 de abril pasado.